Buenos días y feliz finde :)
Vengo a contar algo que me revuelve por dentro desde hace tiempo y aunque ya he tomado una decisión, estoy sumida en la montaña rusa que sigue a este tipo de cambios. Ahí va:
Hace 5 años conozco a un chico irakí en un curso de idiomas en el extranjero. Hay mucha química entre nosotros desde el principio. Él no se separa de mí aunque no hablamos del tema y a lo más que llegamos es a cogernos de la mano. Durante los siguientes 4 años mantenemos el contacto por Internet. Se convierte en una persona importante, a la que puedo acudir para lo bueno y para lo malo y siempre tiene palabras que me ayudan. He de decir que, por el contrario, él nunca se abrió a mí de la misma forma.
Él regresa a Europa, al país en el que nos conocimos, estudia y encuentra un trabajo. Hace unos meses yo, por motivos de trabajo, vuelvo a ese mismo país y me va tan bien que decido quedarme una temporada. Estamos en el mismo país pero en diferentes ciudades, hablamos mucho. Sigue habiendo química entre nosotros y un día le propongo quedar. Él me invita a pasar el finde en su casa. Nos acostamos la misma noche en que llegué, no sin que antes me preguntara varias veces si de verdad quería hacerlo. Según él, sólo había tenido amigas con derecho, pero nunca una relación sentimental. Le expliqué que yo no quiero ser una más de esas amigas, que me gusta de verdad y él me dice que, aunque yo también le gusto, una relación entre dos culturas tan diferentes es imposible, que yo no sería feliz porque tendría que renunciar a muchas cosas para hacerle feliz a él. Dramón. Cuando me fui apenas podía aguantar las lágrimas y él estaba totalmente sereno. Estuve casi una semana llorando pero finalmente, pasó todo. Como soy así, por un tiempo intenté evitarle para hacerme a la idea de que aquello era un NO en toda regla pero, no sé bien ni cómo, no funcionó. Casi 3 meses después, seguíamos hablando como siempre. Me decía que me echaba de menos, que quería verme, que fuera a su casa otra vez. Le repetí que yo sentía por él y él no y que por eso no podía hacerlo. Él seguía con que lo nuestro es imposible, pero nunca me dejó de lado, al contrario: empezó a preguntarme por qué ponía ciertas fotos en facebook, que si quedaba con otros chicos, que me seguía echando de menos…
Hace poco estuve en el hospital. Justo ese finde habíamos hablado de reencontrarnos, así que le escribí y le conté lo que había pasado. Tuve un accidente en una cita con un chico, tal cual pasó y tal cual se lo dije, al fin y al cabo, él y yo no éramos ni íbamos a ser nunca nada. Se enfadó. Aun así vino. Yo le avisé de que ese mismo día venían dos amigas de visita y aun así vino. Parecía que todo estaba bien pero esa misma noche me soltó que le había faltado al respeto y que no quería saber nada más de mí. Me quedé muerta y le pedí mil veces, le rogué para que viniera una vez más al hospital y hablásemos personalmente. Vino y parece que lo que le molestó fue que después de tanto tiempo, no invirtiera un rato en estar a solas con él, pero ya le había avisado de que habría más gente… Sin venir a cuento, me cogió de la mano y empezamos a pasear por el hospital (parece una película Almodóvar, lo sé). Hablamos mucho, se abrió y me contó muchas cosas que le preocupan… De golpe me pregunta que por qué tengo tantas citas, que qué buscó, qué me falta, por qué no puedo esperarle… ¿Esperar a qué?¿hasta cuándo? Me dio la razón, no tenía sentido y volvió con su discurso de que las relaciones entre culturas blablabla. No me importaría ceder un poco, si él también pone de su parte pero dice que no cree en las medias tintas.
Ahora viene lo decisivo: después de un mes y pico más hablando un par de veces a la semana por Internet, sin sacar el tema de la relación pero acudiendo el uno al otro, me di cuenta de que yo sigo quedando con el chico de aquella cita. Sinceramente me gusta y aunque no sé qué pasará, siento que algo no cuadra, que no estoy jugando limpio si quedo con uno y hablo con otro al mismo tiempo. Me frustra y me duele no poder tener nada con el irakí, quiero aceptarlo y pasar página, vivir mi vida y no sólo soñarla. Le había invitado este fin de semana. En mi cabeza, quería hablar con él en persona, poder explicarle que sigo a su lado pero que no puedo quedarme enfrascada en una «no-relación» que no va ni adelante ni atrás… Pero me sinceré conmigo misma y, ¿un fin de semana, los dos solos en mi casa? Le recordé que estoy conociendo a otra persona, dijo que ya lo sabía. Le dije que por respeto, lo sentía pero no me parecía buena idea que pasáramos un fin de semana juntos. Su respuesta fue que lo entiende, que haga lo que me parezca más correcto.
Y así estamos. No me ha vuelto a hablar, no sé si hablarle. Tomé la decisión, sobre todo, pensando en mí. En que si no soy feliz con una persona, tengo derecho a intentarlo con otras, no tengo por qué esperar eternamente a qué sé yo. Y en segundo lugar, por respeto hacia el chico de la cita, que aunque todavía no está claro qué somos y ni siquiera sé si el se ve con otras, me alegra los días y me emociona pensar en el tiempo que falta para volver a vernos.
¿A alguien le ha pasado algo así?¿Alguien ha tenido una relación con una persona de otra cultura y le ha salido con estas?¿Algún consejo para que el proceso de pasar página se haga más llevadero?
Saludos y gracias por la web.