Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
ME ENROLLÉ CON UN TÍO Y DESCUBRÍ QUE ERA ALERGICA AL TABACO.
Fue una historia de los más rara, el caso es que un tipo me habló por Facebook, no le di importancia y durante días estuvo en la bandeja de invitaciones hasta que el aburrimiento y la curiosidad me picaron. Acepté y comenzamos ha hablar. Teníamos varios amigos en común y resulta que le habían hablado de mí, así que se decidió y me invitó a tomar algo en su cafetería.
Como me había gustado el rollo que llevaba y tal acepté pasarme después de mis clases en la universidad, me quedaba de camino así que los astros se alinearon (eso pensaba yo) El tipo tenía un local precioso, de esos que inspiran más que las decoraciones de Ikea, además la carta me pareció de lo más original.
Nos sentamos en una especie de reservado, recuerdo el biombo con plantas y las lamparitas del techo colgando que le daban un toque romántico, pero a la vez muy moderno. Me recomendó la tarta de queso y el café Jamaica Blue Mountain, una especialidad, que desde ese momento se convirtió en mi favorito. En verdad no me di cuenta de que el tiempo había pasado tan rápido.
No sé en qué momento nos quedamos solos, con la reja de la calle medio bajada y con otro café en la mesa. El caso es que estaba muy a gusto, pero era hora de marcharme a casa. Me puse de pie y para despedirme, fui a darle dos besos en la cara, pero terminamos enrollándonos, fue un subidón de adrenalina. Nos volvimos al sofá donde llevaba varias horas, para estar más cómodos, él era un pulpo, las manos me apretaban por todo el cuerpo, el pecho, el culo hasta que se me escapó un gemido de placer cuando apretó con la mano por encima de mis vaqueros sobre mi entrepierna. Estaba disfrutando de lo lindo con este desconocido que acababa de conocer, pero de repente…
Empecé a sentirme mal, al principio eran como nauseas, ganas de vomitar. Incluso recuerdo la arcada que di, y él comentó bromeando que era imposible que fuera suyo… en plan, estás embarazada… no quiero problemas. Algo debió caerme mal, pensé. Fui al baño, sentía que me faltaba la respiración y me ahogaba, me puse agua en la nuca, me lavé la cara y al mirarme en el espejo me di cuenta que los labios se me estaban inflamando. Salí como buenamente pude y me despedí. Iba en el coche, pero no mejoraba, era como si un panal de avispas me hubiese picado en la boca, así que me pasé por el hospital. En cuando la doctora, una joven que estaba de guardia me vio, me dijo que era una reacción alérgica. Me pinchó urbason y me recomendó que me hiciera las pruebas de alergia.
Ya en mi casa la cosa se puso más fea, empezaron a salirme llagas en la boca y cada vez me desesperaba más. Al día siguiente, fui directamente con un especialista que dio en el clavo. Había tenido una reacción alérgica al tabaco. Tras las pruebas pertinentes descubrí que soy alérgica a un químico en específico llamado Tolueno. Recordando, visualice a este chico que en varias ocasiones salió a la puerta, y aunque no fumaba los cigarros completos, sí les daba alguna que otra calada.
Así que, de ahora en adelante, chicos fumadores quedan completamente descartados en mis citas. Y que, por cierto, he encontrado otra cafetería donde sirven Jamaica Blue, porque este chico me hizo ghosting y desapareció de mis redes sociales. No lo he vuelto a ver.