La gente celebra mi pérdida de peso como una señal de que ‘por fin’ estoy recuperando el control de mi cuerpo y volviendo a ser sana, cuando la realidad es totalmente opuesta. Y a fin de cuentas, lo que a todo el mundo le interesa son los resultados, ¿no?
La anorexia nerviosa atípica es prácticamente igual que la anorexia nerviosa. La única diferencia es que el paciente no está por debajo de su peso. Lo de “atípica” es porque el paciente tiene un peso normal o sobrepeso. En mi caso, tengo obesidad. Nadie se da cuenta de los efectos de mi anorexia nerviosa atípica cuando restrinjo mi dieta.
Jamás he tenido una relación sana con la comida, pero la primera vez que de verdad me sometí a una restricción extrema de calorías por la anorexia fue cuando me dejó un novio. Me deprimí y simplemente deje de comer. (Recuerdo que después de eso, pasaron como 7 meses para mí primer bocado sólido)
Pero había un aspecto positivo, al menos desde el punto de vista ajeno: había adelgazado. Demasiado. Ahora tenía un peso “normal”. Me sentía mejor conmigo misma, pero al pensarlo de forma racional, veo lo mal que estaba. Desarrollé una tendencia a sentir arcadas cuando olía comida y alejarme de cualquier alimento era mi gran táctica.
Sin embargo, cuando se habla de personas con sobrepeso, a nadie le importa cómo adelgacen, sino que lo hagan.
Ser gorda parece un pecado capital en esta sociedad, así que no me sorprende que siga cayendo en esta espiral de anorexia, pese a que sé que es mala para la salud.
Todos me decían que me veían muy bien y que estaba adelgazando. Era el subidón de moral que necesitaba y además le decía a mi cerebro que quizás ser anoréxica no era tan terrible.
Pero cuando un ciclo termina, yo empiezo a engordar. No es nada nuevo, dado que la mayoría de los cerebros ponen en marcha una adaptación metabólica cuando pasas hambre durante mucho tiempo. Así, cuando el periodo de hambre termina, es posible que el organismo quiera almacenar energía inmediatamente en forma de grasa, por si acaso vuelve el hambre. Por eso es tan difícil recuperarse de cualquier tipo de anorexia. Cuando lo has dado todo para perder peso, recuperarlo puede meterte en otra espiral.
Por suerte, tener a mi lado a mi madre que me dijera que quizás debería comer un poco más o acompañar las bebidas energéticas con un puñado de anacardos fue lo que necesitaba para darme cuenta de que lo que le estaba haciendo a mi cuerpo no era bueno. Es muy difícil pedir ayuda cuando tienes anorexia pero no lo parece.
Pero ahora ha aparecido la dieta que es mi peor enemigo… El ayuno intermitente, donde se que soy muy capaz de hacerla correctamente ya que es una dieta basada en mi enfermedad. Aunque te dicen que es tan fantástico y tan bueno hacerlo…. Me estoy viendo de qué puedo volver a recaer y tengo mucho miedo porque cuando recaigo no lo puedo controlar y si mi estómago decide cerrar va a ser muy duro… No creo que mi gente se merezca hacerles pasar por todo eso otra vez…