Buenas,
No sé ni por dónde empezar, pero hoy tras un ataque de ansiedad, que medio he controlado, necesitaba soltarlo.
Llevo casi 8 años con mi actual pareja.
Por poneros en situación, yo llevo toda la carga económica, de papeleos, etc. Él tiene trabajos muuuy esporádicos de los que no aporta nada, y en casa su contribución es según le dé.
Yo siempre he estado enamoradísima de él, tanto, que he dejado pasar cosas por las que merezco que me llamen TONTA DEL CULO, así en mayúsculas, pero siempre he seguido para delante. Han sido muchas decepciones y muchos desplantes, pero hasta ahora no importaban.
En los últimos meses he sentido que algo ha cambiado en mí, es como si me hubiera liberado de la dependencia que había sentido todo este tiempo hacia él.
Hace un mes, me senté a hablar con él, porque ya no me sentía enamorada, ya no veía mi futuro con él, al menos no así. Le dije que necesitaba un tiempo y no me lo quiso dar, me dijo que se iba, que era ahora o nunca. A parte de insinuar que le estaba engañando ( cosa que no) y que me estaban engañando para que le dejase (mi entorno siempre se ha mantenido al margen).
Como el básicamente, no tiene trabajo, tampoco tenía dónde ir aquí, y tenían que pasar unos días para irse fuera. Los más incómodos de mi vida cabe decir.
El día antes de ir a marcharse, vino a hablar conmigo, y yo estaba hecha mierda. Estuvimos hablando varias horas y al final, supongo que llevada por lo mal que me encontraba pensando en el final, porque me dijo que si se iba me iba a odiar, que iba a ser el final definitivo, accedí a que se quedara e intentarlo.
Ha pasado un mes desde entonces y yo no siento que haya recuperado esas ganas de estar con él, de aguantar, y sigo sin verme con él. A veces muestra un atisbo de cambio, pero se ha vuelto muy controlador en algunos aspectos y me gusta menos aún.
Hace unos días se enfadó porque me veía contenta por haber mejorado en el gimnasio y salir con mis amigas. A parte de forzar que tenga muestras de cariño si no me salen.
Me da miedo hablarlo con él porque sus reacciones son impredecibles, y no sé tampoco cómo abordar la situación. Sólo sé que me da ansiedad estar en casa, que siento que me ahogo y sólo tengo ganas de huir.