Yo era muy de Britney Spears, su fiel defensora, lloré a mares cuando al fin se libró de la tutela de su padre. La sigo desde antes de que pueda recordar, he crecido con ella y siempre me ha parecido que le han caído encima injusticias que nadie merece.
Quizás por todo esto uno de sus últimos post en IG me ha hecho tanto daño. A mí, a una mujer que lleva desde los 12 años siendo la gorda en todas partes. De pronto veo que Britney demuestra al mundo una parte muy turbia de su interior, esa en la que nos deja a nosotras las gordas como una mierda auténtica, simples elementos de los que rodearse para parecer ella más delgada.
Christina Aguilera, a la que también adoro pero que la sociedad nos ha vendido como la ‘competencia’ de Britney, fue el ejemplo que ella dio para su post. Diciendo que si se hubiera rodeado de gente grande en sus escenarios ella habría lucido más pequeña. Es que nada tiene sentido.
Lo intentó aclarar después creo que un poco obligada por los cientos de comentarios de desacuerdo que recibió y a grandes rasgos achacó esta gordofobia desmedida a sus inseguridades, con las cuales está lidiando ahora, en esta nueva vida. También dejó caer que es que no era culpa suya, que ella está redescubriendo el mundo ahora que es libre y en ese descubrimiento está el tener este tipo de pensamientos. Yo por más que la quiero entender no soy capaz, porque comprendo que ella esté expresando sentimientos que antes guardaba, pero no es que haya vivido encerrada en una cámara acorazada. Esto es más sincericidio que otra cosa.
Vaya necesidad de encender las redes escupiéndole una vez más a los de siempre, a los gordos, a las que luchamos a diario para que no se nos vea como las parias de la sociedad. Yo de verdad Britney lo único que te recomiendo es de gente que sepa ayudarte y asesorarte como es debido, y no de gente delgada para así paliar tus inseguridades.