Querida yo,
Antes de todo lo demás, quiero que sepas que comprendo exactamente cómo te sientes. Entiendo perfectamente por todo lo que estás pasando y sé como te encuentras. Pero quiero que te acuerdes de una cosa. No te sientas sola, no te sientas incomprendida: me tienes a mí. Siempre he estado ahí, desde la primera bocanada de aire que diste cuando llegaste a este mundo hasta la última vez que lo exhales.
Y quiero decirte que nunca olvides que siempre voy a estar a tu lado, y que cuando te sientas sola, piensa en que yo estoy ahí, y quiero lo mejor para ti.
Y, por alguna razón que aún desconozco, hace pocos días he tomado consciencia de ti. Sé que has estado ahí siempre y siento que te he descuidado muchísimo. Me he dado cuenta de que, no solo te he dejado de lado, sino que encima me he dedicado a machacarte y recordarte todos tus errores y tus defectos. Pero se me ha olvidado recordarte otras cosas.
No te he recordado quién eres. La persona en la que te has convertido hoy, y que por tantas cosas ha pasado. Eres una persona valiente, de la que estoy orgullosa.
Por eso, a partir de hoy, quiero empezar a cuidarte. Voy a mirar por ti, por encima de todo y de todos, durante cada día que nos queda por vivir. Eso no quiere decir que todo tenga que ser perfecto: podrás estar triste y pasarlo mal, pero sin estancarnos en esos momentos y sentimientos. Porque estamos vivas, y no sabemos hasta cuándo vamos a estar aquí, así que tenemos que disfrutar de lo que nos venga.
Te permitiré equivocarte, porque debemos aprender de nuestros errores, pero te enseñaré a sacar lecciones de ellos, en lugar de que los rumies y te tortures por lo que has hecho mal. Y, cada vez que te equivoques, yo estaré ahí para darte la mano.
La vida no siempre va a cumplir nuestros planes, pero tenemos que aprender a valernos de lo que nos da. Y yo estaré a tu lado para buscar soluciones, porque lo único que quiero es tu bienestar por encima de todo.
Tampoco será todo un camino de rosas. Perderemos cosas en este viaje. Incluso a personas importantes de tu vida. Y no debemos de sentirnos perdidas entonces, pues es en ese momento en que más conscientes tenemos que ser de que nos tenemos la una a la otra. Esa gente que pasa por nuestra vida podrán hacernos felices de un modo u otro, pero tienes que ser consciente de que no necesitas a nadie más que a ti, y que debes ser una persona autosuficiente para tu felicidad.
Querida amiga, comienza una nueva etapa en tu vida: es momento de empezar un nuevo viaje. Sin embargo, ahora tienes conocimientos y experiencias con las que no contabas hace un tiempo. Ahora eres consciente de que me tienes a mí. Y yo siempre voy a estar ahí, a tu lado. Sin juzgarte jamás, porque comprendo el porqué de cada situación, y de cada estado de ánimo. Y forma parte de esta vida pasar por todos esos momentos.
Solo quiero que me prometas una cosa, que mirarás por ti misma, y respetarás siempre tus principios. Y ante todo, que tu meta será nuestra felicidad día tras día.
Te quiero mucho,
Yo.