¡Hola Chicas!
Esto, tenía que contárselo porque ha resultado ser muy divertido y un desastre. Hace un mes y medio que rompí con mi Ex y estamos en esa fase tan difícil de no saber si querer volver o continuar separados para el resto de nuestra vida. Sí, así de dramático y enredado es… supuestamente cuando cortas, ya has cortado, pero hay veces que el corte no termina de «cortarse» del todo.
En fin, siguiendo los consejos de un amigo fui a cenar con un chico italiano. Yo soy canaria, de la Isla de Fuerteventura, y un muchacho de Levanto (Italia) vino a pasar una semana a mi isla. Habíamos hablado un par de veces por facebook, y nos conocimos en una de esas famosas apps para ligar, hablábamos en inglés y escribíamos de forma fluída me parecía mono, simpático y agradable…
Todo eso cambió en el momento en que se cruzaron nuestras miradas. Yo llegué de trabajar, la verdad chicas no me quise arreglar, soy una gordibuena ratón de biblioteca, fui con mis gafas, mi sombrero en la cabeza y una camisa verde transparente que deja entrever mi ropa interior.. así que no iba tan mal… pero la cara del muchacho al verme fue de ¡desolación!
Se le cayó el mundo al suelo a este hombre jajaja y por más que intenté sacarle tema de conversación, la cosa no fluía chicas.
Fuimos a cenar al primer restaurante cerca que vimos de donde aparcamos los coches y resultó ser un italiano. ¡Típico! Unos italianos se encuentran y empiezan a hablar en Italiano y tu con cara de tonta, viendo como tu pizza se enfría, porque a esas horas sólo piensas en comer… Y fue horrible, empezaron a criticar el precio de los alquileres de la isla, porque a ver… si pones la oreja de algo te enteras del italiano…. y a mirar después por el movil. ¡Ay dios! ¿Muchacho tienes a una mujeraca canaria delante tuya y te pones a hablar de tus musculitos y entrenamiento con un compatriota? Un desastre chicas.
Para colmo, me tiró media botella de agua en el bolso, cosa que fue graciosa porque nuestras manos se juntaron intentando evitar que la botella se cayera.. pero la conversación era tan ortopédica y él estaba tan serio que lo único que deseaba era venirme para mi casa y darle las gracias a mi EX por haberme cuidado y querido tanto.
Lo último y lo más tonto del momento, fue que a la hora de pagar no tenían TPV en el bar y podríamos a ver hecho un «sinpa» cosa que no suelo hacer, pero que esa noche me parecía hasta apropiado, porque estoy canina… lo vi como un regalo del Universo y todo, pero claro… el señorito se había hecho colega de los dueños del Bar y fuimos a un cajero a buscar dinero…
Un paseo bajo la luz de la luna…. en silencio… intercambiando alguna que otra palabra en nuestro inglés macarrónico… al llegar al restaurante entré a pagar y él se quedó fuera hablando con los compatriotas italianos que acaba de conocer, no hizo el ademán de posturear y decir, no no, yo pago… así que pagué yo.
Ahora tengo 20 euros menos en la cartera y un gran NEXT para la comunidad masculina italiana :)