Ah otra cosa. Él sabe perfectamente que a mí me da igual que pese 70 o 100. No tiene miedo de que lo deje que lo he visto escrito.
Lo que tiene miedo es de estar mal, de no respirar bien, de no ser capaz de dormir y estar todo el día de mal humor en el trabajo, de no ser capaz de salir a caminar o correr con los amigos que hacen maratones porque el tiene problemas de rodillas y de espalda debidas al sobrepeso. Pesar 100kilos con 1.70 no es «un ligero sobrepeso». Su calidad de vida es muy mala. Y aunque yo intento reforzar su autoestima todo lo que puedo y más, creo que a mí ese trabajo me queda muy grande, porque no quiero ser su madre, quiero ser su compañera. Pero para el soy «la única que puede ayudarlo» en palabras suyas.
Depende de mí para esto y no me gusta. Cuando consigue los resultados que quiere es súper feliz, estaba súper feliz de haber perdido peso y yo súper feliz de haberlo ayudado… Pero ahora con su madre ha metido peso de nuevo. Otra vez deprimido, otra vez de mal humor, otra vez con dolores. Sabéis lo que es no ser capaz ni de follar por los problemas de espalda? Y eso no me afecta a mi, le afecta a él y a su autoestima en primer lugar. Se siente un fracasado.
Y sabéis lo que es ver a tu pareja deprimido? Y sentir que quisieras hacer un mundo por el pero que tú tampoco puedes hacer más?
Ahora estamos esperando a volver a vivir juntos. Y seguramente volveré a hacerme cargo de su dieta y seguramente volveré a cansarme cuando vea que tengo que discutir otra vez (ah porque no lo he dicho, pero yo hago dieta con él para que no se sienta solo y le sea más fácil, bajar peso cuando pesas ya 53 no es la mejor opción del mundo ni la más sana, pero por el me he quedado en 43 en este tiempo).
Quisiera de verdad encontrar la solución para que se haga cargo de su propio cuerpo. Para que sea feliz de nuevo. Me da igual con cuántos kilos. Pero que sea una persona equilibrada y en paz con su propio cuerpo y salud.