Yo no te puedo ayudar de primera mano, porque nunca me he visto en esa tesitura. Sí que te digo una cosa. Mis primeros cinco o seis meses en mi trabajo actual fueron de llorar. Pensé muchas veces en tirar la toalla. Caí en este sitio de pura chorra, a trabajar en una cosa que ni conocía ni me gustaba y pensé, bueno, aguanta y ve buscando a ver que sale. Sin embargo, me encontré un día pensando cómo molaba lo que estaba haciendo y disfrutando un montón. Y ahora, casi 9 años más tarde, me encanta mi trabajo. Me gusta muchísimo. En serio, para mí es una gozada venir a trabajar cada día y dedicarme a «lo mío». Que sí, que puedes caer en clientes más o menos gilipollas y que te amargan la vida, pero cuando estoy en una etapa así y me dicen que estoy quemada por mi trabajo, siempre digo lo mismo: Mi trabajo me encanta, lo que me arruina la experiencia es la gente. Con esto, quiero decirte que las cosas pueden cambiar.

Y por otro lado, yo no hice doctorado, así que no te puedo contar de primera mano. Pero sí conozco compañeros de clase de la universidad que decidieron quedarse en la universidad con una beca, a hacer el doctorado y a trabajar en investigación. Todos ellos están trabajando ahora en la empresa privada. Las becas queman un huevo, te comes toda la mierda que no quieran hacer unos, trabajas más horas de las que tiene el reloj, que si publicaciones, que si tal y cual. Y encima, van pasando los años y te plantas con 30 o 35 años sin haber trabajado jamás «de verdad». Cuando envías un CV a una empresa privada, en el que pones que llevas toda tu carrera profesional trabajando con becas en investigación, ni siquiera te toman en serio. Mis compañeros que se quedaron se agobiaron tanto con el paso de los años que se volvieron locos a buscar sitios «de verdad» (así los llamaban ellos) donde trabajar. Y ni siquieran optan a mejores condiciones por tener un doctorado. Eso es sólo un papel, y en la empresa privada lo que se valora es la experiencia laboral. Como experiencia, puede estar de puta madre, pero a la larga yo no creo que compense, a menos que quieras dedicarte a la docencia o algo por el estilo.

Por supuesto, esto es una opinión desde un punto de vista super pragmático. De trabajo puedes cambiar si no te gusta o te sientes incómoda. Y según pasa el tiempo y adquieres experiencia, cada cambio puede repercutir muy favorablemente en tus condiciones salariales. En la universidad no hay ninguna capacidad de mejora ni de salida. La universidad está jerarquizada por enchufes, y ya te digo, a menos que te quieras dedicar a la docencia (y en ese caso, mejor aprueba una oposición), no tiene mucho futuro.

Yo soy controladora y perfeccionista patológica en tratamiento. En mi caso no intento controlar a la gente ni manipularla, que es un aspecto del control patológico, pero en cambio intento controlar cada aspecto y situación de mi vida de forma que todo sean respuestas predecibles y que no me saquen de mi zona de confort. Pero intentar controlar todos los aspectos de tu vida es un error. La vida está llena de cosas que no podemos controlar. Estar encorsetadas y querer que las cosas sean como nosotras preveemos, montamos, trabajamos y actuamos para que ocurran es imposible. Cuando la vida te pone tu mapa patas arriba, encima te frustras, te sientes mal y te genera una ansiedad terrible.

La solución es ser más flexible, más tolerante con TODO. Para mí cambiar esto está siendo suuuuper complicado, pero sí que me estoy convirtiendo en alguien menos rígido, más flexible y que juzga menos. Y ¿sabes? Vivo más feliz y más tranquila, y hasta más segura de mi misma. Si es algo que te está creando mucha ansiedad, yo no me lo pensaría y buscaría ayuda. En mi caso, yo fui al psicólogo porque tenía ataques de pánico diarios. Varios al día. Estaba en el trabajo y me tenía que ir corriendo al baño, sin venir a cuento, sólo porque empezaba a pasar algo que yo no podía controlar y entraba en modo pánico. Temblores, tiritera, hiperventilación, llorar a moco tendido, el pack completo. Mi psicóloga me ha ayudado mucho con el tema del control. Sigo siendo controladora y perfeccionista a muerte, pero ya empiezo a reconocer las cosas que están más allá de mi alcance y a dejarlas pasar. Y mi ansiedad se ha reducido increíblemente. Me puedo tirar meses sin tener un ataque de pánico. Y a veces me obligo a no cumplir mis esquemas y hacer cosas que antes jamás hubiera hecho. Por ejemplo, salir un viernes de trabajar sin haber completado mis 40 horas semanales. Para mí antes eso era impensable. Lo mínimo era hacer 2 o 3 horas más de trabajo a la semana. He ido reduciendo el tiempo de horas extras, gestionando mi trabajo, gestionando a mis superiores para que no me pidan imposibles. Igual me paso 20 minutos a la semana de mi horario, pero intento no pasarme más. Y si una semana me he quedado mucho más de lo que me tocaba, a la semana siguiente me lo auto compenso yo misma. Ten en cuenta que cuantas más horas extras echas, más te piden porque empiezan a tomar como normal una situación que no lo es. Sólo tú tienes en tu mano la posibilidad de cortar ese tipo de comportamiento. Y nadie te va a mirar peor por ello. Porque te pagan por cumplir tu horario. Ni más ni menos.

Quizá tú no estás en el límite en el que yo estaba cuando busqué ayuda. Pero sí que parece que tienes un problema y cuanto antes le pongas solucion y aprendas a gestionar esas cosas, más tranquila podrás vivir.