Hola,
No sé cómo escribir esto, ya he hecho otros posts en el foro con esta temática o parecida pero necesito contarlo porque no me sale hablar de esto con nadie.
Yo siempre he sido una persona muy introvertida, de pequeña, vivía en un pueblo de 1000 habitantes y tampoco es que hubiese muchas opciones de hacer amigas, yo tenía dos amigas que decidieron casarse jóvenes y les perdí un poco la pista. Los fines de semana, solía pasarlos sola o con la familia por el simple hecho de que yo vivía en el pueblo pueblo y ellas en una aldea que no estaba lejos pero pocas veces me llevaban a estar con ellas, por lo tanto, o veía la televisión, o leía, o paseaba yo sola.
A todo esto, tenía un vecino que nació el mismo día que yo del mismo año y desde pequeña decidió que como no era una persona extrovertida tenía que meterse conmigo, sufrí los comentarios y machaques que supongo que habemos recibido muchas. A esto le sumo que mis padres nunca me apoyaron, tenía que escucharles hablar cada día diciendo que estaba todo el día sola, que no era normal mi forma de ser, que así no iba a conseguir amigos en la vida, etc. Y a parte de machacarme mi madre porque lo peor que me podía pasar era engordar puesto que ella en su juventud fue delgada y preciosa y yo no podía engordar.
Bien, hubo un momento que yo empecé a dejar de comer, no sé como pasó, no quería levantarme de la cama y no quería hacer nada. Ahí me llevaron al psicólogo básicamente con la intención de que me gritara y me hiciera comprender que yo no era normal, por desgracia para mi madre no ocurrió lo que ella creía que ocurriría, el psicólogo se puso de «mi lado» según ella, yo no creo que fuera así, simplemente le intentó hacer entender que yo no era ella y no podía vivir según lo que ella quería que hiciera. Mi madre siempre ha estado obsesionada con que tuviese un grupo de amigas en el pueblo, para que hablaran bien de mí, y mi padre siempre ha pasado bastante de mí, ni siquiera le interesaban casi mis notas, únicamente si mi madre le decía que había que decirme algo, sino, como si no existiera, solo me llamaba para comer y poco más. Al final, mi madre me obligó a dejar de ir al psicólogo porque no le gustó lo que le dijo. Yo no sé muy bien como me fui recuperando. Llegó el momento de irme a la ciudad a estudiar y ahí se me abrió el mundo, es cierto que ellos siempre me han dado dinero, me han pagado los estudios y todo eso, de hecho, ahora mismo, he tenido que volver a casa porque tengo literalmente 100 euros en la cuenta y ya no tengo trabajo por lo cual, estoy obligada a estar aquí hasta que ahorre para poder volver a irme a vivir sola y no sabéis lo mal que lo estoy pasando.
A lo largo de mi vida mi madre siempre ha interferido en mis relaciones, y yo siempre me he dicho «lo hace porque te quiere, no por mal», pero es que hasta tal punto que este año he perdido una amiga, que bueno, se portó bastante mal, porque hubo un mal entendido y mi madre la llamó, porque para ella también era su amiga y tomaban algo y salían con ella de fiesta, etc. No sé, no puedo hablar con ellos y decirles que llevan toda la vida alabando a mi hermano por jugar al fútbol, que a mí me encantaba nadar y no me llevaron a entrenar pero a mi hermano sí, a los dos cosas.
Llevo toda la vida pensando que soy una hija de puta, así, siendo mal hablada, por no tener ese sentimiento hacia mis padres, porque no puedo decir que los quiero, que si lo hago, pero creo que si sigo dejando que me dominen y que me digan con quien tengo que salir o que debo hacer nunca podré estar tranquila, además que vivir en su casa es escuchar cada día como me protestan por haber engordado, como protestan por no tener amigos en el pueblo, como protestan porque a mí me guste más ir al cine o a ver monólogos que ir a bares todo el sábado, como protestan porque si voy a la playa llevo un libro para leer, etc. Todo lo que yo haga está mal, da igual que sea, de pequeña siempre he pensado que me odiaban y que preferían a mi hermano, y eso me hacía sentir mal, porque yo quiero a mi hermano, es menor que yo, y siempre lo he querido, pero es cierto que no tenemos relación, el no se acerca mucho a mí, incluso he escuchado como se burla de mí delante de sus amigos, pero bueno, como está saliendo de la adolescencia, quizás nunca se lo he tenido en cuenta del todo.
Siempre me he preguntado como era tener una madre que te ayudara a hacer el bolso de gimnasia o te prepara un sándwich como si hacía con mi hermano, y no una a la que yo le tenía que preparar la coca cola o ir a por la cena los domingos a un bar para ella porque le dolía la cabeza. Como sería no estar en conversaciones donde solo presume de mi hermano como si yo no existiese, o como sería que entrase en casa y me llamase mi niño, como lo hace con mi hermano. Cuando iba a casas de amigas, o a pasar el finde, siempre veía ese tipo de relaciones y pensaba cómo sería que te escuchasen o les importase tu vida más allá de lo que puedan decir de ti. Nunca me he sentido querida en casa, y cada vez que pueden siempre me echan en cara que me han pagado los estudios y mantenido hasta hace bien poco y ahora tienen que volver a hacerlo (tengo 26), y tienen razón, me lo han dado todo y yo me siento mal por tener este sentimiento. De hecho, mientras todo el mundo odió el confinamiento, yo hubo partes que también, me gustó en el sentido que a veces hablábamos en las comidas, incluso fue mi cumpleaños y me hicieron una tarta y una pequeña fiesta, no sé, me sentí bien que pudiésemos tener una relación más allá de «tú porque no eres así» o «mira la vecina de no sé quien que se ha liado con este», cuando me da bastante igual porque nunca he sido de cotillear, quizás por eso no he encajado del todo en el pueblo.
No sé qué hacer, creo que alejándome de ellos estaría más tranquila, no digo no tener relación, son mis padres, pero no puedo seguir soportando acabar llorando todas las semanas porque no soy lo que ellos quieren ni soy suficiente. Siempre me he sentido como un perrito que menea la cola para ver si llama su atención, y creo que eso no está muy bien.
Creo que voy a parar porque ya llevo escrito bastante y tengo para largo.
Gracias por leerme.