Así es, nunca en la vida me había pasado porque las infidelidades es algo que rechazo. Pero lógicamente no puedo controlar que las personas mientan, y cuando descubrí el pastel empezó a salir información como si esto fuera el FBI. Conocí a vamos a llamarlo a Pablo por Tinder. Siempre he sido escéptica respecto a las apps de ligar porque el no tener referencias me hace desconfiar. Pero le di una oportunidad. Era súper majo, hablábamos un montón, conversaciones profundas, y a los pocos días quedamos. Todo marchó genial y decidí seguir conociéndole. Pablo me contó que llevaba 3 años soltero, que había sido una relación muy traumática para él porque su ex estaba loca (primera red flag) y que prefería ir poco a poco conociendo a alguien para no cerrarse. A priori me pareció bien porque me pasó similar en el pasado. Y yo tampoco tenía prisa. Los meses pasaban y empezamos a forjar una amistad donde había una atracción bien palpable, pero ninguno nos lanzábamos. Yo a veces veía cosas «raras», como que no le veía muchos amigos reales pero siempre estaba por ahí en redes sociales (sin mostrar con quien), como que desaparecía a lo mejor un fin de semana casi entero, pero como siempre avisaba y tenía una excusa, ya fuera de trabajo o familiar, pues he de decir que era bastante creíble. Claro, no me podía yo imaginar que era un mentiroso compulsivo.
Un día la atracción ya era tal que nos liamos y a las semanas nos acostamos. Yo lo noté súper nervioso, él decía que era porque le imponía mucho, ahora tengo otras teorías. La cuestión es que estuvimos un mes con la tontería hasta que de repente un día hace una de las suyas y me dice que vienen sus amigos el fin de semana y que va a estar desconectado. Le digo que vale, que disfrute con ellos. A las horas me dice que mejor ser amigos que el sexo todo lo dificulta. Yo me quedo totalmente perpleja porque no venía a cuento, pero he aprendido a no rogar, así que le digo que no me interesa solo una amistad y me despido. A los días regresa como si nada, tirándome la caña, queriendo verme, hablándome durante horas. Pensé que igual se había agobiado, así que quise ver por dónde iban los tiros. Y de repente todo se magnifica: me lleva a citas súper formales, me habla de familia, de a futuro, me propone pasar el finde de su cumpleaños juntos (lo cual hacemos). Cosas que quizá harías más ya con una pareja, lo cual no me cuadraba al mismo tiempo con todo lo que había visto. No negaré que estuve muy a gusto, pero en cuanto volví a poner las cartas sobre la mesa, hizo bomba de humo, se hizo el loco y de repente de la nada un día me avisa que se va fuera unas semanas de vacaciones a Maldivas, que hablamos cuando regrese…
Eso ya si que me olía a chamusquina no, a bosque entero quemado, y fui a su Instagram y empecé a investigar. Así fue como llegué al perfil (bastante) privado de una chica. Como yo tenía una cuenta que no utilizaba, le mande solicitud y la chica me aceptó. Mi sorpresa fue cuando allí vi todo lo que no veía en el Instagram de él: En Maldivas juntos, cenas y citas en mi ciudad con él, ella en casa de él haciendo vida, fotos en el espejo del baño, en su piscina… Todo estaba ahí. Claro, el muy bribón nunca compartía nada de ella, y si lo hacía eran cosas cero sospechosas como una mesa de una cena con más gente o una foto de la playa que es algo que puedes tener con amigos. La chica era extranjera, pero por lo visto estaba viniendo todos los fines de semana a mi ciudad, quedándose en casa de Pablo (que ahora dudo hasta si también es casa de ella aunque cuando estuve en esa casa no vi rastro alguno de mujer). Y los que no estaba la chica, probablemente es cuando quedaba conmigo. ¿El finde que venían los amigos a visitarlo? Mentira. Era ella la que estaba aquí. En ese momento pensé: Vale a ver, igual os estaba conociendo a la vez y se ha enamorado de la extranjera. ¿Pero organizas un viaje a Maldivas con una chica que acabas de conocer? Entonces para rematar una amiga le dio like a Pablo en Tinder para ver qué pasaba, empezaron a hablar y utilizaba las mismas artimañas. El muy caradura llegó a decirle a mi amiga que buscaba una relación de pareja seria y exclusiva, alguien con quien compartir la vida, que podían tener una primera cita ya e ir conociéndose, mientras en Instagram la pseudonovia extranjera subía stories pasando el fin de semana con él.
Por supuesto cuando Pablo volvió del viaje corté toda relación con él, no le dije lo que había descubierto, pero vamos, él tampoco dio ninguna explicación y encima le sentó fatal que no quisiera saber nada de él después de haber desaparecido un mes en Maldivas. La cuestión es que ahora pensando en el tema, mis valores morales me dicen que tengo que advertir a esa chica porque igual no tiene ni idea de lo que está pasando, si me pasara a mí, querría saberlo. Pero claro, al mismo tiempo como no tengo toda la información, no se como es la relación, y literalmente la chica no es ni de aquí, no quiero meterme y al final salir yo escaldada. Mi pregunta es, ¿qué haríais vosotras? Si realmente es su novia y utiliza Tinder para ponerle los cuernos (encima no solo con sexo ocasional, sino con un vínculo emocional que incluye fechas especiales, citas de pareja, detalles, etc) me parece tan horrible. Siento que este tipo de personas siempre se salen con la suya, pero al mismo tiempo, no quiero problemas yo, que encima de haberme tragado la mentira, como para que me traten de loca encima. No se qué hacer…