¡¡Hola a todos!!
Continúo con mi experimento a modo de diario donde cuento mis aventuras en Tinder y otras apps para ligar online.
Aquí os dejo la primera parte (Amor en tiempos de Tinder): https://weloversize.com/topic/crush-the-city/
y la segunda (¿Qué tipo de hombres podemos encontrarnos?): https://weloversize.com/topic/crush-the-city-ii/
¡Espero sacaros alguna sonrisa!
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Como ya dije, a la app de Tinder estoy acostumbrada (a lo tonto llevo yendo y viniendo unos 5 años) y me gusta. Pero también cansa, es como todo. Al principio lo coges con ganas, te suben la autoestima los matches, luego las conversaciones se vuelven monótonas, pierdes la ilusión, tienes un par de malas citas, te la borras. Vuelves a aburrirte de tu vida y como tu poco tiempo libre no te deja conocer gente nueva, pero tú sigues siendo una romántica empedernida que cree en el amor caes, otra vez. Una semana después de San Valentín y sigo sin encontrar el amor de mi vida, qué cosas oye.
Por Tinder tengo un par de chicos que están interesantes: Dani (tocayo del que aún intento pasar página, maravillosas coincidencias de la vida) y Sergio. Los dos son chicos majos, sin nada especial físicamente, pero con buena conversación que es lo que me importa si mañana me quiero tomar unas cerves con alguno.
Bumble me está resultando muy parecida a Tinder, al final es más o menos la misma dinámica y eso es cómodo para mí. He hablado con alguno, pero poca cosa. A mí sobre todo me tiene que llamar la atención un chico por la conversación que tenga (que según el día las prefiero graciosas, del estilo pregunta-respuesta, divagar sobre el sentido de la vida o resolver los problemas del mundo). Dado que las conversaciones no me están llamando la atención demasiado… sin más.
AUT y Happn están siendo un desastre. Las apps no me gustan, y además no me apaño con ellas. Que puede que yo sea muy torpe o que me dé pereza investigar, pero es que… se me han cruzado y no le veo futuro a esta relación. Pero si quiero ser sincera en este estudio de mercado debería usarlas. Lo mismo el amor de mi vida está ahí (ja, el amor de mi vida es un concepto demasiado romántico para mi… qué cínica soy, a quién quiero engañar?)
Después de navegar durante estas semanas he llegado a varias conclusiones, y seguro que a lo largo del tiempo se me irán ocurriendo otras muchas más (es lo que tiene pensar más de la cuenta). Que también me han ocurrido cosas graciosas, pero esas las dejo para más adelante, que hay que avanzar en la historia.
Mi primera reflexión es que la vida es muy puta, y el algoritmo de Tinder también. A ver, que ya sé que no soy ninguna top model ni me parezco a Elsa Pataky, pero algún chico “mono” (entiéndase “mono” según mis gustos) podría darme un Super Like. Pero no. Los Super Likes que recibo son solo de chicos que no me interesan lo más mínimo… Suelen encontrarse en las categorías de “WTF” o “Not my style”, pero ¿tiene que ser así siempre? Por favor, un poquito de karma…
Para quién desconozca este concepto de Super Like: en Tinder hay dos opciones básicas, o corazón si te gusta lo que ves, o cruz si no. Pero la tercera opción (y además está limitada a 1 vez cada 24 horas si no eres premium y pagas) es dar un Super Like, de esta manera la persona a la que se lo hayas dado verá en tu perfil (que le va a aparecer sí o sí) una estrella azul que significa que te interesa.
Por otro lado, he descubierto que soy MUY selectiva. Sí, qué le vamos a hacer, nadie es perfecto. Tengo unas reglas básicas e irrompibles que definen un caso “unmatcheable”:
1. Que en todas las fotos el sujeto salga con selfies. Por favor, seguro que alguien te ha sacado alguna vez una foto… Además, que yo soy anti selfies.
2. Que todas las fotos sean con morritos. Era muy divertido cuando éramos adolescentes, pero no quiero a un crío de 15 años conmigo.
3. Sin descripción. ¿Por qué, Señor, por qué? Me gusta leer, me gusta saber cómo se expresa la gente, me gusta saber qué dices de ti mismo…
4. No se ven los ojos. ¿Hola? Los ojos son el espejo del alma, necesito mirar el alma de las personas antes de dar a like. Bueno, eso y que me fijo mucho en la mirada y la sonrisa.
5. Fotos al espejo. Sin comentarios al respecto.
Con esto no pretendo ofender a nadie, por favor recordemos que esta es sólo mi opinión sobre el mundo de las aplicaciones móviles para ligar y hay que tomarse la vida con una buena cuchara de humor.