Hola chicas, escribo para desahogarme porque estoy pasándolo fatal.
Veréis, siempre hemos sido mi hermana mayor (llamemosle Paula), yo, y mis padres. Siempre hemos estado bien y hemos sido una familia relativamente felíz. La cosa cambió a mejor cuando, teniendo yo 15 años, mi madre nos dijo que estaba embarazada.
No nos lo podíamos creer, sobre todo porque cuando mi madre me dió a luz tuvo complicaciones en el parto y le dijeron que no podría volver a tener hijos. Pues nada, allí estaba ella, embarazada de nuevo.
Al principio era muy raro todo, yo estaba en mi época de adolescente rebelde y en esos tiempos no me llevaba bien con mi madre. He de admitir que no me hacía gracia tener otro hermano, porque yo estaba bien como estaba en casa y no quería compartir mis cosas o mi habitación. Estuve reacia con el bebé hasta que mi madre dio a luz y nació mi hermana pequeña Sara.
Era una niña preciosa, y se parecía muchísimo a mí físicamente. Por aquella época yo no lo estaba pasando bien debido al acoso escolar y la anorexia que tenía. Tener a Sara en mi vida hizo que viera las cosas de una manera diferente.
Sara creció y hasta este año, que cumplió los 8, fuimos muy felices con ella a pesar del trato de mierda que recibía mi madre por haber dado a luz a un hijo siendo ella una «vieja» (Esto dicho por la gente).
A mi me la pelaba lo que dijeran los demás, aunque sí es cierto que he tenido que pelearme varias veces con los padres cuando algún niño se metía con mi hermana porque mi madre era «muy mayor».
Ni me arrepiento ni dudaría en volver a hacerlo si hiciera falta.
La tragedia vino hace unos meses, cuando Sara se empezó a encontrar mal y le diagnosticaron leucemia. Mi mundo se vino abajo, de verdad, lloraba todos los días y Paula y yo intentamos que Sara no se diera cuenta de nuestro dolor.
Para resumir, y porque es muy duro dar los detalles, mi hermanita Sara acabó falleciendo mientras dormía en el hospital hace exactamente tres meses, justo semanas después de cumplir 8 años.
Desde entonces, y como no es obvio, no he vuelto a ser la misma. No sólo por el dolor que supone perder a mi hermana, sino porque me he dado cuenta de lo mala y rastrera que es la gente incluso cuando muere una niña pequeña.
Para empezar, al funeral se presentó mi exnovio, alguien que me manipuló y me hizo mucho daño. Cuando Paula me dijo que lo había visto entre la gente yo no me lo podía creer. Al día siguiente del funeral me presenté en su casa y le dije de todo, me puse como una loca furiosa y sus padres me insultaron, me echaron de la casa y me dijeron que estaba loca.
A partir de ahí yo desvarié, pero lo peor fue cuando me enteré de que había varios familiares (tíos y primos) que decían rumores sobre Sara, como que no era hija de mi madre, sino de mi hermana Paula y que mi madre había hecho pensar a la gente que era suya para no avergonzar a Paula. El contexto de esto es que mientras mi madre estaba embarazada, Paula estaba estudiando fuera, y esos familiares no la habían visto ni una vez durante esos meses. No nos llevamos bien con ellos y por eso Paula no había ido a verlos. Decir que fueron al funeral a presentar sus respetos, lo cual me pareció mal, sobre todo porque mi madre no los quería allí.
Cuando me enteré de eso, lo hable con Paula y ella me dijo que lo dejara estar, pero yo soy muy directa y no quería que siguieran haciendo daño aún más cuando Sara había muerto hacía nada. Les dije unas cuantas verdades y me fui a casa tan Pancha.
Ya han pasado tres meses desde que Sara, mi vida entera, murió. Hace poco decidí mudarme a otra ciudad porque no soporto estar aquí. Siento que he defraudado a mi hermana, a mis padres, a mis amigos. Me siento sola y sin rumbo y la verdad es que desde que pasó aquello no quiero tener lazos con nadie de aquí excepto mi familia. Quiero huir o empezar de cero en otro sitio.
Sé que eso no cambiará el hecho de que Sara ya no esté, pero es lo que me lleva pidiendo mi cabeza desde el funeral.
No sé qué hacer, estoy con psicólogos pero sinceramente lo que quiero es desaparecer un tiempo, alejarme, pensar… Siento que le estoy defraudando a Sara al marcharme de la ciudad en la que ella se crió y fue felíz, pero no aguanto pisar la calle aquí. Me la paso encerrada en casa y no tengo ganas de nada.
Quizá debería hacerlo e irme? Gracias por leerme