Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
Conocí a «Pablo» el verano de 2023 a través de instagram, ya por aquel entonces noté algo raro pero no le di importancia, después de mil mensajes y videollamadas, contarnos nuestra vida y secretos, con mil km de por medio lo invite a pasar una semana en mi casa esas navidades, tenía comprado el billete de vuelta a su ciudad, pero esa semana había sido un sueño.
Yo 31, él 21, apenas podia creer que alguien tan joven se fijara en mi. Me dijo que se había enamorado y que quería quedarse, y yo fanática de las novelas románticas le dije que si.
Aquí empezó nuestra historia de amor, al principio todo iba bien, pero al primer mes ya teníamos problemas, yo iba cada día a trabajar pero el no hacía nada, no limpiaba, no buscaba trabajo, solo fumaba porros y jugaba a la play 5 que compré para él.
Empezaron las discusiones, él seguía fumando y gastando mientras que yo no entendía que me estaba pasando.
Con diez años más debería haberlo parado primero.
El primer puñetazo vino un día que yo iba conduciendo y estaba nerviosa porque no encontraba aparcamiento, comenzó a insultarme, y cuando me defendí de sus insultos me propinó un puñetazo en el pecho.
No se qué pasaría por mi mente en ese momento para no terminar todo ahí.
Tenía la esperanza de que Pablo encontrase un trabajo y al relacionarse con gente normal se diera cuenta de que su comportamiento tenía que cambiar. Pero todo iba a peor.
Él seguía sin encontrar trabajo, así que se lo busqué yo a través de una conocida, y cuando le llamaron para ir dijo que no.
Cada día que yo iba a visitar a mi abuela o a cualquier otro lugar venía conmigo y me esperaba en el coche a que saliera, cuando yo me levantaba para ir a trabajar a las 5 de la mañana se levantaba conmigo para acompañarme al coche, todo esto según él por su preocupación, que no me pasase nada.
Con esta situación yo no pude evitar echarle en cara su rechazo del trabajo, ya que yo pagaba todo y no llegabamos a fin de mes sobre todo porque los porros son muy caros.
Y cuando no había porros había problemas.
Así que cada vez me veía más atrapada, mil veces discutimos, y todo seguía igual, hace un mes tuvimos una bronca muy fuerte en la que él me empujó y al caer me di con la cabeza en la pared un golpe considerable.
Por enésima vez me pregunto que pasó por mi cabeza en ese momento para no salir corriendo al hospital, me estuvo la cabeza doliendo dos semanas. Pero nuevamente le perdoné.
Y lejos de mejorar todo empeoraba a un ritmo desorbitado.
Yo ahogada ya por las deudas no podía pagar el ritmo de consumo de Pablo y me veía al borde del precipicio.
Como era posible que un niñato de 21 años me estuviera haciendo esto a mí.
Y por primera vez confíe en mi mejor amiga «Alba», le mandé un audio y le dije que por favor no me le respondiera porque él me cogía el móvil.
A los pocos días le mandé otro audio contándole lo que me pasaba y lo borré también. Cubriendo mis huellas.
Conseguí escaparme sola una tarde a comer a casa de mi abuela, este día 5 de Noviembre de 2024, ya habíamos tenido otra discusión muy fuerte por la mañana, pero el este dia se quiso quedar en casa a jugar un torneo de Fortnite. Una vez en casa de mi abuela por primera vez sola en mucho tiempo, hablé con Alba y fui directa a su casa, allí le dije que iba a casa de mi amiga que se encontraba mal y no respondí nunca más.
Desde su casa ella llamó a la guardia civil y allí dije en alto por primera vez que mi novio me maltrataba.
Lo detuvieron esa misma tarde, al día siguiente él se declaró culpable y reconoció todo en el juicio rápido.
Me han concedido orden de alejamiento de 300 metros, y gracias a dios él se vuelve a mil kilómetros, de donde nunca se debió marchar.
Casualidades o no desde que he tomado está decisión no están parando de pasarme cosas buenas, el equilibrio del mundo supongo.
Con esto, mando mí ánimo y apoyo a todas las que están pasando ésta situación, me he dejado mil momentos por contar, pero espero que podáis haceros una idea con esto del infierno que he vivido en el ultimo año.
Siempre va a haber alguien que os escuche, aunque penséis que no, se puede salir, es difícil pero se puede.
Aún así debo reconocer, que en algunos momentos le echo de menos porque todavía le quiero. Pero al final me quise más a mí misma.