No sabía muy bien donde publicar esto, si en el foro de relaciones o en este, pero creo que me he decidido por este porque quiero hablar más de mi que de los problemas que haya podido tener con cierto tipo que se cruzó por mi vida…

Esto que escribo es más para desahogarme que para buscar opinión, que si aun así alguien se siente identificado, o no, y quiere responder y debatir sobre el tema, adelante, soy toda oídos y para eso está el foro. Pero mi intención es basicamente esa, desahogarme.

La cuestión, hace relativamente poco que acabo de salir de una relación bastante tormentosa, y gracias a esta relación me he dado cuenta de que tengo una dependencia emocional del tamaño de un elefante. La verdad es que nunca en mi vida he triunfado mucho con los chicos. Es decir, ligo, si, pero nunca he ido más allá porque o la situación no se ha dado, o el tio con el que he ligado a dado la «casualidad» que ha sido un completo capullo.

Total, que hace unos meses conocí a un chico que me dio toda aquella atención que yo buscaba en un hombre, y yo estaba encantada. Desde un buen principio me dijo que no quería nada serio con nadie, y yo estuve de acuerdo con esa condición, no lo conocía de nada al principio, obviamente yo tampoco quería nada serio, porque no sabía como iban a ir las cosas, si iba a ir bien la relación o no, así que me pareció perfecto. Entonces seguimos quedando y viéndonos, todo fue bien hasta que yo empecé a sentir más por él. Entonces todo empezó a ir a peor. Yo le explique mis sentimientos, empecé a esperar más cosas de él, y él no me las pudo dar, porque no sentía lo mismo, sin embargo, no quería dejar de verme, porque decía que conmigo estaba muy bien, y no quería desprenderse de mi.

La cuestión de todo esto, es que, a pesar de que él no me estaba aportando lo que yo necesitaba (y que le pedí de cualquier manera posible), me mantuve a su lado esperando a que él empezara a sentir por mi o que yo dejara de sentir tanto por él, pero obviamente no pasó ninguna de las dos cosas. Yo me mantuve a su lado por que no quería dejarlo, en mi cabeza me engañaba pensando que si quería estar conmigo era porque realmente me quería, pero no era capaz de afrontar sus propios sentimientos. Lo que no veía es que tanto él como yo sufríamos una dependencia emocional terrible, realmente no estábamos hechos para estar juntos, pero por los motivos que fuesen, no queríamos estar el uno sin el otro.

Eso provocó que yo me conformase, que me conformase a que me diera un cariño mucho menor del que yo necesitaba, a no tenerle cuando realmente lo necesitaba o a que no estuviera a la altura de las circunstancias y obviamente todo eso me afectaba. Cada vez me rayaba más con él, discutíamos y yo me sentía bastante desdichada a su lado. Sin embargo, aguantaba, porque no quería estar sin él. Hasta que mi cuerpo dijo basta. Llegué a un punto en que sufrí un desgaste emocional bestial, estaba priorizando el no querer sentirme sola en vez de escuchar lo que me estaba diciendo mi cuerpo y mis sentimientos, me estaba haciendo daño a mi misma estando con esa persona, me había pasado noches llorando por un hombre que no me daba ni la mitad de lo que yo necesitaba de él. Y después de unos meses, decidí cortar la relación, porque ya no podía más, no podía aguantar más mierdas de nadie, por una vez en mi vida me prioricé.

Si que es verdad que tuve varias idas y venidas con él, obviamente la dependencia emocional no es tan fácil de superar, y la carne es débil… Aún así, la última vez que hablé con él fue para cortar definitivamente todo tipo de relación y de contacto con él para poder olvidarlo de una vez por todas. Lo que vengo a decir con todo esto es que, a pesar de todo esfuerzo que he hecho para superar esta relación, me siento orgullosa e infeliz a la vez.

Por una parte sé que he hecho muy bien en cortar esta relación, porque realmente llegaba a un punto que no me aportaba nada positivo, ya había tachado su persona como algo negativo en mi vida, y de eso me di cuenta las veces que volvimos a vernos después de cortar con él, que ya ni me fijaba en las cosas positivas de él, todo me molestaba y solo veía lo malo. Además, sin él estoy más tranquila y ya no siento ese torbellino de emociones negativas que antes me torturaba cada día. Sin embargo, no puedo evitar echarlo de menos… Todo me recuerda a él, y siento que me gustaría hablar con él ni que sea de las chorradas de las que siempre hablábamos. Echo de menos su contacto, su tacto y saber que tenía alguien conmigo que compartía las mismas tonterías que yo.

Sé que todo se trata de tiempo, que necesito darme espacio para superar esto, y que no es fácil, que obviamente me voy a sentir triste durante un tiempo, porque se trata de un duelo en toda regla. He perdido a alguien de mi vida (aunque sea para un cambio positivo). Pero hay veces en las que no puedo más, en las que me gustaría cerrar los ojos y a la que los abriera, todo esto ya hubiera pasado y estar como he estado antes de conocerle a él, tranquila y bien conmigo misma. Porque hay momentos como ahora mismo en los que siento que no levanto cabeza, que la tristeza me rapta y me lleva a donde le da la gana, sin yo tener energía o motivación suficiente como para no dejar que se me lleve de esta manera. Siento que no veo salida, que lo único que tengo conmigo es este sentimiento de tristeza y nada más. He de decir que tampoco tengo en mi vida cosas que me ayuden a salir de esta situación, porque ahora mismo estoy viviendo una situación vital que no me produce nada de satisfacción. Así que eso complica las cosas… No tengo motivaciones y me siento demasiado triste como para buscar nuevas.

En fin, después de este pedazo de rollo que acabo de meter, no sé si alguien se va a sentir identificado con todo lo que he escrito o no, pero bueno, al menos me ha servido para poder expresar todo aquello que guardo dentro. Muchas gracias por leerme.