Hola! Por el salseo, mi primer follodrama. Data de julio del año pasado y se lo he contado a muy poca gente. Ahora quiero quitarle hierro al asunto.
Soy una chica bastante joven, que casi siempre había estado en una relación. Mi última relación duró casi cuatro años y suponía prácticamente la totalidad de mi experiencia sexual. Dejé mi relación y descubrí que gustaba mucho a los hombres, por lo que empecé a aprovecharlo.
Una noche en el bar de siempre, fui a saludar a un amigo y éste me dejó a solas con un chico que ya tenía visto pero nunca habíamos hablado. Era un chaval muy educado, bien vestido, teníamos cosas en común y acabamos en su casa.
Allí estuvimos un buen rato hablando sin hacer nada sexual. Él seguía con las cervezas y yo, que no podía más, pues agua. Después empezamos a enrollarnos y él resultó ser bastante rarito y agresivo. Bueno, todo el mundo tiene sus gustos y es válido, pero me quedé muy en shock por mi poca experiencia. Me refiero a que me cogía del cuello y demás cosas de porno un poco duro, pero lo que realmente me incomodaba es que no pedía permiso y si me retiraba seguía. Además insistía en meterme la lengua en la nariz, lo cual me parece súper desagradable por muchos motivos. Pensaba que no iba a salir viva de ahí, que era un psicópata y que eso me pasaba por irme con el primero sin conocerle. Al cabo de un rato empecé a chupársela; bien, ya tenía un poco el control de la situación y esperaba que empezáramos con la penetración acto seguido.
Cuál fue mi sorpresa al ver que aquello decidió no funcionar. Bueno, normal, puede pasarle a cualquiera, pero cuando me incorporé pude ver que estaba completamente inerte, ¡y hacía diez segundos estaba a tope ahogándome! Le intenté despertar y no respondía, incluso le pegué hostias en la cara esperando una reacción. Como ni se inmutaba, me asusté y comprobé si respiraba poniendo los dedos bajo su nariz y tomándole el pulso. Me pareció que estaba vivo, pero no mucho. Me quedé diez minutos mirando el techo, considerando si debería intentar dormir o llamar a una ambulancia y decidí irme a mi casa con la calma. No iba a dormir allí porque soy incapaz de dormir fuera de mi casa. Volví a intentar despertarle para avisarle de que me iba después de arreglarme. Pero el esfuerzo fue inútil, así que le dejé una nota de despedida en una servilleta para que reconstruyera los hechos cuando despertase.
El viaje de vuelta a casa de madrugada lo pasé bastante mal porque encima vivo en la otra punta de la ciudad. Me imaginé a la policía interrogándome por haber sido la última persona en verle con vida y yendo a la cárcel por omisión de socorro o lo que sea.
Por suerte, no estaba muerto. Hemos seguido coincidiendo muchísimo y él estuvo como seis meses intentado que volviera a su casa. Yo le evitaba siempre que podía porque me muero de la vergüenza y además me siento mal porque podría haberse encontrado realmente mal y le dejé tirado. Pero bueno, ahora hablamos lo justo porque tenemos muchos amigos en común y el tema no se ha tocado nunca.