Estoy segura que si alguna de mis amigas lee esta historia automáticamente va a saber que detrás de la pantalla estoy yo.
Bien, esto empieza en una de las famosas fiestas universitarias de Barcelona, donde en el punto más alto de mi taja conozco a un chaval, el cual me pareció mono. No se me ocurrió otra cosa que darle mi teléfono. Nada de redes porqué no tenía, primer punto que me hizo pensar días más tarde que era un poco raro.
Hablamos horas y horas, eso sí, hasta las diez de la noche, porqué siempre se iba a dormir a esa hora. Punto número dos que me iba confirmando que era un poco raro.
Parecía majete y nos encontramos en una fiesta mayor, lo cual en otro punto fuerte de mi taja terminé liándome con él. No estuvo mal, la verdad. Lo raro vino despues, cuando vi que lo tenía todo planeado para llevarme a la cama, ¡qué no pasa nada! pero me encontré con un tío desesperado, que se corrió al segundo, con micropene. No se sabía poner el condón, ¡cosa que le iba enorme! Me puse nerviosa, me quería ir con mi amiga, pero no me lo podía sacar de encima, se me engancho como si fueramos un matrimonio.
Meses más tarde me enteré que era virgen con 27 años. Algo que ya me temía.
Ya no hablé más con él.
Pero era buen chaval.