Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
Hace poco tuve una cita a través de una conocida app de citas y fui no sólo juzgada sino que también atacada por mi peso y mi talla no normativa de 90-60-90.
Conocí a un chico por una conocida App de citas, nos gustamos y quedamos para tomar algo. Como estábamos a gusto y ya era un poco tarde decidimos ir a cenar. Mientras esperábamos la cena el chico me dijo que estaba muy a gusto , que le parecía una chica muy guapa y muy divertida pero…(justo llegó nuestra cena, un plato de pasta para compartir) que me sobraban 10kg. En ese momento me sentí muy ofendida y le dije que era un gordofóbico y que lo que le pasaba es que había habido un tema de expectativas.
Le dije también que sino le había gustado no entendía porque me invitaba a cenar. Después de llamarle gordofóbico me dijo que iba a pagar la cena y se iba a ir y yo le dije que si era tan macho para llamarme gorda en mi cara(él insistió en que esas palabras no habían salido de su boca),también debería ser igual de macho para pagar esa cena y que deberíamos resolver esa situación como adultos y no debería irse. Y aunque se quería ir se quedó y se disculpó. Cenamos a pesar de que me caía una lagrima mientras le decía todo esto con todo mi sentimiento de rabia , él pagó e incluso le acompañé a coger un taxi porque no conocía la zona.
Nos despedimos y a la mañana siguiente recibí el siguiente mensaje d wsp: “ hola, después del suceso de ayer creo que nuestros caminos se separan aquí. Creo que los dos tenemos un carácter muy fuerte y yo busco a alguien para compartir mi vida y tú buscas un entrenador personal al que tirarte».
En un momento de la conversación le dije que me gustaría empezar a hacer crossfit porque me encantaría tener unos brazos fuertes como “shehulk”, después ocurrió lo de la comida y yo estaba tan enfadada que dije “sabes lo que te he dicho del crossfit , pues buscaría al entrenador personal más cachas que hubiera y me lo tiraría, en respuesta a su cosificación de la mujer, para que probara de su propia medicina.
Resumiendo: una vez más este es otro ejemplo de la cosificación de la mujer y de la presión que siguen ejerciendo sobre nosotras y por lo visto sobre algunas mentes masculinas gordofóbicas, retrógradas, anticuadas, offline, anacrónicas e incluso obsoletas sobre la normalización de las tallas que debería tener una mujer caucásica, blanca, normativa del primer mundo y de la terrible repercusión que tiene en nuestra sociedad(tengo 44 años) y lamentablemente en las generaciones venideras.
Gracias.
Afectuosamente:
Laura Montaña