Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
Conocí a mi pareja hace unos siete meses, cuando comenzó a frecuentar el bar en el que trabajo y así surgió todo. Guardia civil, vivía en el propio cuartel porque era de fuera, amable, cariñoso y atento. Me trata como una reina, siento que me quiere con locura y me manda unos audios por Whatsapp, que me tiene enamoradita perdida. Hasta mis amigas flipan, pues siempre he tenido cáncamos de parejas. Casi siempre hacíamos planes en solitario, fuera de la vista de los demás, no pasábamos casi ninguna noche juntos y, bueno, cosas que, a la larga, me fueron mosqueando. Hasta que llegó el día.
Nos cruzamos con un tipo que lo conocía y, además de llamarle por otro nombre, hablan de cosas que nada tenían que ver con su vida. Obvio, le pregunto, y me da una excusa poco creíble, pero como no hay más ciego que el que no quiere ver… aunque se encendió la primera red flag, la verdad, ahí, muy vagamente. Yo soy muy confiada, no reviso ni teléfono, ni carteras, ni nada. No sé, si no quieres estar conmigo, lárgate. Pero, esta vez, no pude evitarlo y rebusqué entre sus cosas mientras estaba en la ducha (me costó, se había llevado todo al baño, nunca me había dado cuenta de esto) y, haciendo el mayor teatro de mi vida, mientras le hablaba, encontré su DNI.
Para empezar, no se llamaba cómo me había dicho, pero sí era el mismo nombre por el que el tipo lo había llamado (soy idiota, sí). La dirección que figuraba era a unos 100 Km de mi casa. No entendía nada y, lógicamente, le pregunté. Aproveché su momento de máxima vulnerabilidad, claramente, desnudo en la ducha, por si se volvía loco. Me atreví a llamarle por su nombre real. Abrió la cortina de la ducha, pálido como un espectro y se echó a llorar. En resumidas cuentas, me dijo que no tenía expectativa de llegar a tener esto conmigo, que la mentira se le había ido de las manos y ya no sabía cómo recular y que me quería muchísimo. No era guardia civil, sino “buscavidas” (negocios de comprar y vender y cosas así), divorciado con dos hijas. Actualmente, me las ha presentado, incluso a su exmujer, y todo parece que es real.
Estoy con la mosca detrás de la oreja, pero es que me siento feliz con él, me hace sentir muy bien, como nunca en mi vida. ¿La relación en sí, ya es una farsa? Entiendo que desde fuera pensaréis que estoy loca, que cómo le he dado una oportunidad pero es que estoy enamorada :(