Ahora hay que explicarle a los vegetarianos como tienen que ser en todo momento. Me recuerda a cuando me exigian que por ser mujer solo podía ser de una forma específica. Y si un día te salías de sus creencias machistas, te hacían pagar el ser una mala mujer. Después pasó lo mismo cuando quise ser libre, pero es que era una mala feminista. Lo mismo pasa con ser una mala madre si tus magdalenas llevan o no azúcar. Y que conste que no soy vegetariana, pero hagamos lo que hagamos siempre viene alguien a criticarnos porque no lo hacemos suficientemente bien. Y precisamente esos criticones son siempre los que menos deberían hablar ¡¡¡Dejen vivir a los demás!!!
Si el mayor defecto que tiene tu cuñada es ese ¡qué suerte tienes en la vida! Deja a tu cuñada y a tu novio vivir, que ya bastante han tenido. Puede ser que seas criticona con ella o con todo el mundo. Pero sabes qué? Eres una mala criticona. A ver si solo vamos a tener que ser perfectas cuando intentamos hacer las cosas bien. Pero para hacer daño y montar líos, ahí tenemos vía libre.
Si no quieres que tu cuñada te dé la chapa, pues dile que no te de la chapa con eso. Fin del problema. Pero lo que quieres es criticarla. Te cae mal. Hasta vuelves para convencernos de que no te cae mal, y aún así sigues sin decir ni una sola palabra buena de ella. Sin embargo, de ti has hablado como si fueras un angelito caído del cielo. Venga ya! Y todo porque de vez en cuando y porque tú quieres, haces una ensalada o unas verduras a la plancha. Sigo pensando que el problema aquí no es ella. El problema es que tú eres una mala criticona, aunque eso sí, admito que eres un buen cuñao.