Buenas welovesozers! Después de leer muchos testimonios, me he animado a contar mi historia porque creo que necesito soltarlo todo. No vengo a pedir consejo, ya que es mi ex desde hace 3 años, pero necesito contarlo. Aviso de que es largo, ya que hay que resumir mucho, y os agradezco leerme.
Estuve algo más de cinco años con un chico, desde los 19 hasta los 24. Al principio todo era idílico, estaba muy enamorada y él me trataba estupendamente. Fueron dos años maravillosos, aunque ahí no supe ver la primera red flag: la primera Nochebuena que estuvimos juntos, me puse un vestido precioso que tenía una pequeña abertura atrás. Su reacción fue decirme que me lo pasara muy bien esa noche, que a ver si alguien me desabrochaba el sujetador ya que era lo que iba provocando, que es como si el se bajaba la bragueta e iba con el pit* fuera.
Después, empezó a ponerse celoso con cualquier amigo hombre, se enfadaba cada vez que quedaba con alguno a solas (literalmente eran mis amigos) pero él podía estar con sus amigas (a veces ha llegado a estar él solo con 5 tías).
Lo peor de todo llegó cuando él seguía estudiando (era dos años menor) y yo me mudé a Madrid a trabajar. Primero, empezó diciéndome que si en mi piso compartido había algún chico, me dejaba (dos años compartió piso él con chicos y también una chica). Después, en mi trabajo, empecé a hacer un poco de piña con los demás compañeros becarios y algún día de fin de semana hacíamos planes y yo me apuntaba porque no conocía a nadie y necesitaba socializar . Y empezamos con lo mismo, si venía algún chico, ya se ponía mosca.
Por otro lado, ya no solo los celos con los hombres, si no que empezó a ser horrible conmigo en cuanto a lo verbal. Me decía comentarios de: es que a ver cuándo eres tú el mejor expediente de tu carrera como yo. Es que ya ves tú, tu carrera es una mierda (hice economía y él ingeniería). Es que deberías sentirte privilegiada por estar conmigo. Después, cada vez que discutíamos, no sé cómo lo hacía pero siempre acababa yo pidiéndole perdón, o me decía frases de que estaba loca, que estaba de psiquiátrico. También me llegó a decir que si no me callaba me dejaba o que de los 4 años que llevamos (en ese momento que lo dijo) le sobraban 2.
También aplicaba la ley del hielo de discutir y apenas hablarme. Me controlaba la última hora de conexión, ya que cuando se iba a estudiar después de comer no volvíamos a hablar hasta después de cenar, y si me había conectado después de irse él (obviamente lo hacía ya que hablaba con amigos/familiares) se enfadaba (en ese momento no se podía quitar la última conexión).
Un día que salí en Madrid de fiesta con mis compañeros, estuvimos hasta las 6 para volver en metro a casa cuando abriera y me dijo que «que hacía de fiesta hasta las 6 como una put*».
También decía que ojalá vistiera más arreglada (os juro por lo que queráis que él iba en chándal todos los días de su vida excepto nochebuena y poco más) y una vez discutimos en Madrid (estaba en mi casa de invitado) porque vimos un escaparate de una tienda y me dijo que ojalá vistiera así, arreglada como el maniquí, y entramos en ese bucle en el que me dejó tirada llorando en las calles de Madrid y él se fue, quedándose encima a dormir en mi casa!!!
Después, era un gordofobo, de llegar a decir que los gordos no se merecían vivir. ¿Y que pasó con eso? Que me machacaba a mí. Nivel llegó un punto en el que todos los días que estábamos juntos me decía que tenía que adelgazar las piernas (mido 1’57 y peso 50 kilos, quiero decir, no es que tuviera algún problema de sobrepeso que me estuviera afectando a mi salud) y de cogerme los muslos y decirme esto hay que adelgazarlo.
Si has llegado hasta aquí, muchas gracias por haberme leído. He intentado resumir el daño hecho. Al final me decidí a dejarlo por ánimo de la gente , ya que era tan tóxico que no era capaz de salir de ahí, sobre todo cuando me dijo que llevaba un año y medio sin ver a un amigo y ahora le había visto dos veces en 57 días (sí, los había contado), algo me hizo click. Claro que después de eso, no hizo más que venir llorandome, que era una persona a la que había querido mucho, y blablabla. Al final tanto amenazar con dejarme, fui yo quien lo hice por salud mental, y lloró. Después de todo lo que había llorado yo por él…
Desde entonces estoy muy feliz, aunque me ha dejado un trauma horrible con mis piernas, pero poco a poco he ido recuperando mi amor propio, y todavía me queda trabajo por hacer.
Repito de nuevo, gracias por leerme.