No encontré un foro dedicado a problemas de familia, quizás no busque bien, quizás ya no veo con los ojos llenos de lágrimas.
Todas conocemos mamás, somos una, tenemos una, queremos serlo o no o hemos leído alguna vez sobre ellas. Yo lo soy. De dos hermosos churumbeles de 16 y 14 años, las personas que mas he amado en este mundo y por las que también mas he sufrido.
Me divorcié de su padre cuando tenían 1 año y 3 meses de gestación, de ahí sola, cuesta arriba, solo con la ayuda de mi padre. El progenitor se dedicó a rehacer su vida y formar una bella familia con esposa e hija. Mis hijos eran las mascotas de fines de semana a quien se les retribuía con una mísera cuota alimentaria que yo organizaba moneda a moneda para que alcance para lo básico. Luego cuando estuve lista y el pequeño tenia 3 años de edad conseguí un buen trabajo que me aseguró sustento y obra social para ellos,¡por fin podía dormir en paz!. Mi padre, generosamente, me prestó una casita que tenia en alquiler para su vejez y pude vivir tranquila con mis pequeños por muchos años. Nunca encontré pareja que no me restara tiempo con mis hijos, obviamente, entonces siempre los dejaba, mis hijos eran mi número 1, 2 y 3 en mi lista. Todo para ellos, viajes, ropita, juguetes, salidas, médicos de los mejores, deportes, en fin, todo. Éramos felices, eran hijos buenos y bien criados, el mayor abanderado en la escuela y ambos dignos de alabanzas por su conducta. La relación con el padre era siempre la misma, los fines de semana iban a su casa, el sábado y el domingo ya estaban de vuelta, jamás había tiempo en la semana para verlos, para llevarlos al dentista o simplemente para ir de paseo. Los sábados en la cancha era yo la que iba a alentarlos mientras los otros niños gozaban del aliento y hurras de sus padres. Recriminé muchas veces estas cosas pero nunca hubo cambios, siempre había excusas y con el tiempo me resigné.
Los años pasaron y llegó la adolescencia de mi hijo mayor, la rebeldía, las mentiras, según dicen propias de adolescentes, hasta que descubrir que estaban confabulados con el padre y me mentían en conjunto y se reían a mis espaldas, el colmo fue cuando mi propio hijo me echó en cara la cuota alimentaria que me daba su papá por él, ese fue el fin, le dije que hasta acá llegaba y que se marchara a vivir con su padre, de esto hacen ya 4 años, cuando al tiempo fui en su búsqueda me miró a los ojos y muy firmemente me dijo: “no quiero verte nunca más en la vida, para mi estas muerta”. Pasé por un periodo muy intenso de depresión y tuve que acudir a psicólogo y psiquiatra, aunque en realidad salí a flote por mi hijito menor que en ese entonces tenia 10 años, salí adelante por èl, nos rearmamos juntos y salimos adelante, o eso creí yo.
El siguió frecuentando la casa de su padre y siguió viendo a su hermano y media hermana, también los fines de semana como siempre, hoy tiene 14 años y fuma marihuana, tiene mal todas las materias y hemos tocado fondo, he hablado miles de horas, lo he llevado al psicólogo, he utilizado todas las psicologías de manual….y saben qué? el domingo ha cogido todas sus cosas y se ha marchado a vivir con su padre. De repente me quede sola, no tengo pareja, tengo amigos por suerte y mi padre que esta sufriendo horrores, pero me quedé sin horizonte, con las manos vacías, desecha totalmente y sin fuerzas ni motivos para continuar. Estoy en 2do año de profesorado en Letras pero ya quiero dejar, tenia planeado un viaje para mi cumpleaños 40 que ya no me interesa hacer, la vida se volvió negra, no puedo ver el camino, me siento morir cada segundo que pasa, me duele estar viva, me empastillo para dormir y cuando despierto me da bronca estar viva, no quiero despertar maldita sea, duele tanto por favor.
Perdón por el mal rollo.