¿Se puede ser guapa y tener un trastorno de ansiedad? ¿Puede una enamorarse de sí misma y sufrir esta enfermedad a la vez? La respuesta es sí.
Me diagnosticaron esta dependencia emocional hace unos años. Cuando era una niña y aún no sabía de qué se trataba, todo era un caos. Sufría día sí día también, ya que esta “enfermedad” no es nada fácil y lo pongo entre comillas porque dicha palabra no me gusta cómo suena en sí. Yo lo llamaría una característica más con la que una cuenta. E incluso algo que te hace verdaderamente especial, en el buen sentido. SIEMPRE.
Llegó el momento en el que decidí pedir ayuda, y no sólo fue un método de salvación sino de esperanza. Comencé una terapia con una persona a la que quiero actualmente muchísimo, aunque no nos tengamos cerca. También concreto que no solo basta con el apoyo directo de un especialista, una tiene que dar el 100 por 100 en su proceso. Para sí misma.
Al principio cuesta más, pero se aprende a vivir con ello y a verlo todo desde otra perspectiva. De hecho a mis 21 años de edad, he podido enamorarme, he aprendido a relacionarme con amigas, he viajado, he bailado en discotecas e infinidad de cosas bonitas que me han hecho vivir plenamente estos años.
Vendrán momentos malos, de bajón. De aquellos en los que la cama es tu mejor amiga y el chocolate tu pasión. Esos momentos existen, por supuesto. La vida no es de color de rosa, no estoy diciendo eso. Pero si os sirve de consuelo, pese a mi juventud puedo decir que gracias al TOC soy quien soy. Una chica maravillosa, amiga de los suyos, familiar, buena amante y pareja y sobre todo guapa por dentro y fuera.
Podemos hacer algo no tan bonito, ¡MARAVILLOSO! Sí, tal cual. Desde mi experiencia y con mucha responsabilidad expreso que no me cambiaría por nada. Que no debemos sustituirnos por alguien que no somos, que todo en conjunto nos hace ser cada una de nosotras. Y eso chicas, es súper bonito.