Una incertidumbre en el ámbito sexual que he tenido presente toda mi vida es: hacerse dedos.
Si pienso en introducirme los dedos por ahí abajo me da grima y no me siento cómoda. Probé en varias ocasiones a hacerlo y como me sentía rara apenas conseguí meter menos de medio dedo. He probado a utilizar un juguete (para estimular el punto G) y no me doy acomodado a introducirlo y estar tranquila.
Es raro porque sé que si fuera mi pareja quien me hace dedos o me introduce el juguete, no tendría ningún problema ni reparo. De hecho el sexo con penetración lo disfruto mucho, por lo que el problema no está en «introducirme cosas».
Es el hecho de hacérmelo yo, la textura y la sensación en la mano me hacen sentirme extraña cuando realmente es algo que disfruto si me lo hace otra persona. Creo que sabiendo esto último debería poder conseguir disfrutar de ello yo también, pero pienso demasiado y no sé cómo hacer.
Algún consejo? Gracias