Esto es muy Shakira y estudio 53 pero así paso chicas.
Hace meses que lo dejé con mi marido porque empecé a encontrar pruebas CLARAs de que me estaba siendo infiel.
Yo viajo bastante por trabajo, todos los meses me voy al menos 1 semana y cuando no estaba fuera me empecé a percatar de que mi marido estaba con el móvil todo el rato mientras veíamos películas, se metía en el baño a cagar y tardaba 1 hora… por no hablar de que le daba por ir a limpiar el coche un sabado por la mañana y «se le hacía tarde» y llegaba a las 16h a casa.
Pero después de volver de un viaje, lo tuve claro cuando llegué a casa y me dí cuenta de que no me quedaba NI UNA PUTA MANDARINA para comer.
En esa ocasión no me había ido más que 4 días. Mi ex odiaba las mandarinas, la única fruta que soportaba eran los plátanos y que quieres que te diga, mi nevera no se traga nada.
Había dejado unas 6 mandarinas y cuando volví no había ni una, ahí supe al 100% que me estaba poniendo los cuernos y lo PEOR DE TODO que la traía a casa.
Ese fue ya el acotencimiento que desencadenó la ruptura y lo que nos llevó a sentarnos y hablar.
Vamos que aún no me he sacado una versión vengativa diciendo que las mandarinas son mías o que no lloro pero facturo, pero ganas no me faltan.
¿Qué necesidad hay de meterlos en casa? de verdad, me parece ya muy terrible, engañarme pero encima en mi casa? en mi cama? No sabeís el puto asco que siento….