Siempre he admirado a Vicky Martín Berrocal, me parece un pivón de mujer, culta, con clase y un estilazo de madre y señor mío. Ha perdido 20 kilos , que bajo mi punto de vista no le sobraban, pero ella dice que los ha perdido por salud y bueno, cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera. Me parece guapísima ahora, pero antes me lo parecía mucho más. Me gusta menos la Vicky de ahora aunque sigue siendo un bellezón y ahí es cuando mi madre , que ultimamente se ha vuelto gordófoba y mis kilos la trae por la calle de la amargura, me suelta: que tonterías estás diciendo con la cara de pan que tenía. Cierto que a ella le gusta más la Vicky de ahora y la de antes no le gustaba nada,pero que pensará de mí con mi cuerpo rechoncho y mi cara rellena de mofletes, ( os lo podéis imaginar) cuando la Vicky de antes le parecía gorda. Y el problema no es mi madre, es el ejército de gordófobos que van saliendo hasta por debajo de las piedras. Si VIcky tenía cara de pan, con lo guapa que es y con lo guapa que estaba antes, pobres de las que no tenemos ni un cuarto de su belleza