Pues comienzo diciendo que tengo 23 años y pareja estable desde los 16. Problemas de pareja aparte, que tampoco son gravísimos.
El tema es que cuando hace unos años tuvimos claro que lo nuestro iba para largo (lo que dure) nuestro entorno comenzó con bromas de boda e hijos, tanto amigos como familia. Pero desde hace unos 2 años de repente, no sé, se les encendió una bombilla con que tenemos que ponernos una fecha para tener hijos porque es súper importante.
Al margen de que asuman vamos a tenerlos porque hay que traer humanos al mundo, sin profundizar con nosotros en el tema.
Tenemos 23 y 24 años. Dos números que me repito en la mente sin parar, como un mantra. Nos gusta nuestro royo independiente, somos una pareja joven en una casita con muchas mascotas, nuestro trabajo, nuestros amigos, nuestros hobbies y nuestro Netflix. Principalmente nos gusta tener nuestro dinero para nuestras frikadas.
Por parte de mi madre no hay presión y nuestros amigos pues les decimos por donde se pueden meter sus sugerencias de hijos (con confianza, que da más asco). Aunque eso no evita que por puntería o coincidencia, me baje la regla en cuanto me hacen la puta preguntita. El problema es, redoble de tambores, la familia de mi novio (quien es además la oveja negra).
Médicos, adinerados por herencia, extremistas de la vida sana. Con extremistas, me refiero a que solo comen lo que crían, vegetal y animal, o mejor dicho lo que crían la gente a la que pagan por ello. Pero eso es un tema aparte.
Bueno, llevan dos años que siempre que hay ya sea un evento familiar o una simple reunión random para comer, nos preguntan que para cuando, cuantos y qué no los tengamos muy mayores. Ohmmmm, 23 y 24 años, ohmmmm.
La mitad de veces me río y ya, y la otra mitad me callo incomoda sin saber qué responder, no sin faltar el respeto al menos.
El día del vaso desbordandose fue hace un mes, en el que me dijeron con toda su cara que necesito ser madre para que se me pase la tontería y cambie mis prioridades en la vida, que dejen de importarme mis hobbies y aprenda las prioridades en la vida, porque el embarazo modifica la química cerebral de la mujer para todo ello. No me estoy inventado ninguna palabra, de verdad, porque se me grabaron a fuego.
Yo: Ah.
Mi mente: Tu hermano se ha comprado en dos meses una moto y un ordenador gamer, mientras la nevera de su casa agoniza un poco, y quien tiene que priorizar en su vida soy yo que llevo dos años estudiando y trabajando a la vez…
Mi mente también: Ohmm, 23 y 24 años, Ohmm…
En fin, básicamente, necesito poder responderles a esas cosas sin causar malos royos y tal. Al menos hasta que mi novio plante sus huevos en la mesa y vea que el tema también va por él, antes de que mi madre se lo aclare por las malas.