Hola! Yo soy mami de 2 nenes de 8 y 12 años, a ver si te sirve lo que yo hago, con el cumpleaños del pequeño depende mucho del tiempo que haga si hace bueno lo suelo celebrar en un parque con sus amigos ( no suelen ser mas de 8 ) y si hace frio o mal tiempo suelo invitar a sus amigos al mc doanlds o al burguer king y que jueguen en el chiquiparc que tienen. En el caso del grande ahora ya no porque esta en una edad tontita pero al caer en julio invitaba a sus amigos a la piscina municipal a pasar la tarde y yo les compraba un refresco patatas y un helado, tambien solian ser entre 5 y 8 nenes. Espero que te sirva de algo

Yo soy madre de 3 y pienso como tú.
Hasta los 3/4 años lo han celebrado solo en familia (nuestro núcleo, yayos, abuelos y primas). Una vez empiezan el cole les explicamos que amigos no son todos. Que piensen 5 o 6 amigos más cercanos, con los que siempre juegan y a esos los invitamos a merendar a casa. Decoramos nosotros, compramos un regalo de parte de los amigos y alguno nuestro y así no se junta con 300 chorradas. Aquí funciona bien lo del regalo de los amigos porque ya es costumbre extendida; las familias te dan 10€ aprox y nos encargamos nosotros de elegir algo de su parte, así no fallas.
Por aquí somos los raros, está claro, por no ir a una hípica, un parque de bolas, o un local de colchonetas, pero son los valores que les queremos transmitir y no pienso bajarme del burro. No tengo por qué aguantar a 25 familias en mi casa que prácticamente ni conozco.
Luego también, hacemos lo mismo a la hora de invitaciones. Les decimos que no pueden ir a 25 cumpleaños al año. Deben elegir 4 o 5 y ya está. Sería una ruina ir a 75 cumpleaños en un curso escolar. No nos quedaría ni un finde libre. Me niego.
Mis hijos, por el momento, no tienen ningún trauma, están felices de decidir su decoración, juegan mucho más siendo pocos niños y no les ha pasado nada por no entrar en la rueda de consumo loco del momento.
A ver si te sirve nuestra experiencia y ojalá se vaya extendiendo un poco porque nos estamos volviendo locos como sociedad, de verdad.

Dale la explicación que me daba mi madre a mí: no se puede porque no hay dinero. Contrario a todo pronóstico, no morí. Lo que sí aprendí es a no vivir por encima de mis posibilidades y que los caprichos son prescindibles.