AYUDA POR FAVOR
Mis suegros con toda su buena intención del mundo quieren regalarle una batería a mi hijo para Navidad. Sí, una batería de esas que hacen un ruido infernal y te taladran el cerebro. Y yo me he negado en rotundo, pero mi marido dice que tengo que pensar en la felicidad de mi hijo y no en mí. TÓCATE LAS NARICES.
A ver, que yo entiendo que una batería puede ser el sueño de cualquier niño, y más de mi hijo que le encanta la música. Pero es que él está toda la semana fuera por trabajo y la que se queda en casa cuidando del peque y va a tener que estar aguantando el ruido soy yo.
Y no es que quiera ser la mala de la película, pero es que una casa no es un estudio de música, y menos con un niño pequeño dándole a los tambores a todas horas. Que una ya tiene bastante con el día a día como para añadirle una banda sonora de percusión constante.
Les he propuesto a mis suegros que en vez de eso le paguen clases de batería pero mi marido me dice que soy una egoista y que no puedo obligar a sus padres a pagar unas clases por mi capricho de no querer la batería en casa.
Así que aquí estoy intentando hacer entender a mi marido y a mis suegros que hay mil regalos más que pueden hacerle feliz a mi hijo y que no impliquen convertir nuestra casa en un concierto de Metallica. ¿Consejos para sobrevivir a la Navidad sin ceder en el intento? ¡Socorro!