Hace dos meses que no me hablo con mi madre. Cero contacto.
Mi paciencia llegó al tope ese día. Y explotó. Me fui de su casa y le dije que no podía soportar más “la situación”.
Llevo 5 años aguantando su relación tóxica, enfermiza e inmadura con un tipo que maldito sea el día en que lo conoció.
Su relación con él se basa en estar dos días bien y siete mal, bloqueándose y desbloqueándose en WhatsApp (inmadurez total), voces por teléfono, drama sacando sus cosas de casa para llamarlo a la semana siguiente y que se sienten a tomar un café como si nada hubiese pasado. La dependencia emocional de mi madre con este ser es impresionante. Toda su vida gira en torno a él, dejándome a mí ya no en un segundo plano, si no en un tercero o cuarto, como mucho. Ha llegado al punto de darle un puñetazo en la cara y aún así, ha vuelto con él. En todo este maremoto de sandeces yo siempre estaba en el medio, pagando los platos rotos, las voces, su ira, su rabia… las conversaciones diarias giraban en torno a él, comiendo, durmiendo… su preocupación por mi trabajo o mi vida personal lleva siendo nula desde que esta persona está en su vida. Es por todo esto que he decidido irme y no volver, ni llamarla. Me encuentro dos meses después sabiendo que no solo tengo una madre que no ha madurado, si no que tengo una madre narcisista con un trastorno obsesivo con los hombres y el machismo en general.
Lo peor después de leer todo esto es cómo estoy yo.
Triste, con sentimiento de culpa y necesitada de atención profesional psicológica para intentar canalizar que mi madre no me quiere, que no le importo y que no me ha escrito ni un mísero mensaje en dos meses para si quiera saber cómo estoy.
Me encantaría recibir algún consejo, por favor…