Hola chicas,
lo primero aclarar que es una historia larga, liosa y que me lleva por el camino de la amargura.
A principios de año conocí a un chico por Instagram de un pueblo alejado un pelin de mi ciudad (unos 50-60km): okey, las primeras conversaciones guay y ya dijimos de quedar para conocernos… hasta aquí bien, esto sería una semana o dos después de que comenzáramos a hablar. De un día para otro, empezamos a guarrear un poquito (sexting, mensajes tontitos…etc) y joder, a mi el chico me gustaba por qué no iba a seguirle el rollo? Vale. A finales de Enero nos propusimos quedar y cuál fue mi sorpresa un par de días antes: Oye, no puedo quedar porque vamos a hacerle una despedida a un amigo… vale, no pasa nada, yo no me enfadé. Seguimos hablando y yo comencé mi época de exámenes y aplazamos la quedada para cuando yo terminara estos, ¿qué paso? que me quedé como la primera vez, excusa=no voy. Nuevamente, yo no me enfadé, pero mientras tanto seguíamos guarreando. Un día hablando de sentimientos, relaciones nos sinceramos un poco cada uno y ambos habíamos salido de una relación con finales trágicos sumándole malas rachas personales, lo escuché, lo apoyé y obvio lo entendí. En este momento él me dijo que tenía como una especie de «muro» y que por eso no era cariñoso, que no le gustaban estos royos.. un mareo de cabeza increíble.
Para hacer esta historia más amena (que ya me estoy enrollando bastante) pasaron los meses, seguíamos diciendo de quedar; me seguía dando largas peeeero también seguíamos guarreando por teléfono. Yo en un intento de hacerme la dura (que, sinceramente, no lo he sido nunca) intentaba pasar un poco de él, estuvimos dos semanas sin hablarnos y cuando me rebajé y le hablé fue para discutir y yo, como una tonta, me disculpé por algo que creía no haber hecho pero para evitar que la cosa fuera a más y no perderle.
Hemos discutido mucho, siempre termino disculpándome yo, e intento pasar… pero cuando él nota que lo hago ahí está su mensaje muchísimo más pendiente que otros días.
El 24 de Mayo quedamos por primera vez (lo conocí el 3 de enero) y fuimos a un hotel, directos a darle al tema. Sí, como lo lees, nuestra primera «cita» fue ir a un hotel y follar. Joder, vale, lo hice porque quise y a mí él me gusta. También añado que después de echar el polvete estuvo toooodo el rato con el móvil y ni una pizca de atención.
Lo deje pasar, continuamos hablando, guarreando y yo siendo gilipollas.
Ahora en verano, he tenido la casa libre bastantes días y se lo he dicho, ¿ha venido? nanai.
En resumidas cuentas, me siento súper confusa con este chico; no me aclara nada, me parece que solo soy su «chorrete» con patas y que me quiere únicamente para hacerse cuatro paj**s por teléfono, que se mofa de mí, le importa cuatro bledos mi vida (cuando le comento algo) y si le propongo hacer alguna escapada, plan o algo me da un poco de largas: pero cuando guarreamos y decimos de quedar me dice que «prontito».
Socorro, de verdad.
Creo que estoy siendo inútil, no sé como manejar esta situación o como poner las cartas sobre la mesa sin que me diga que me monto películas y que no quiere ninguna explicación de nada.
Añado que, aunque no lo considero importante, es casi 9 años mayor que yo.
¿Soy un juguete sexual para él, que como niño pequeño inmaduro cuando se cansa de este lo guarda en el cajón pero cuando se acuerda de mi existencia quiere volver a divertirse conmigo?
Pondría muchas cosas más, pero creo que ya he mareado bastante al lector y no terminaría nunca.
Gracias por vuestra atención, sí habéis llegado hasta aquí, tenéis el cielo ganado.