Mi hermano está metido en las drogas desde los 18, ya tiene 27, o sea que dentro de nada es su aniversario y hace una década desde que nos hace sufrir a toda la familia.
Nos ha robado pasta a todos, nos ha mentido a todos y nos ha hecho creer cosas que no son, no han sido y de verdad ya creemos que jamás serán.
Ayer vino a casa, después de haberlo mandado a freír espárragos más de cinco veces, como insistía tanto finalmente le dije que se pasara cuando no estuviera mi marido ni la niña, así que se ha pasado por aquí a desayunar. Iba hecho un desastre, pero como siempre, nada nuevo en el horizonte.
Ha venido a pedirme dinero para ingresar en una especie de ‘proyecto hombre’, no es ese programa, pero para que nos entendamos. Es como un ‘instituto’ en el que se internan drogadictos, en un pueblo de Valencia, tienen atención psicológica, psiquiátrica, actividades varias, deportes… Me ha dicho que lo necesita, que me jura que es la última vez que me pide nada (no es la primera vez que me dice eso), que esta vez va a en serio, que necesita ayuda para salir de ahí, que el dinero no va a pasar por sus manos, que quiere que sea yo la que pague directamente al centro, que en cuanto salga se quiere buscar un curro para devolverme la pasta, a mí y a toda la familia.
Le he creído, pero claro, como siempre que le he creído antes. Me ha sacado dinero que no era ni mío, mi marido odia hasta que hable con él y yo me siento retrasada dándole tantas oportunidades, pero luego pienso ‘y si esta es la de verdaD? lo voy a dejar tirado en la estacada cuando aún tiene toda una vida por delante?’
La pasta la tengo, es dinero que tengo ahorrado para cualquier emergencia, para cuando la peque se haga mayor o para irme de crucero si me sale del higo, pero claro, me planteo de verdad ayudar a mi hermano una vez más.
¿Qué haríais vosotras chicas? ¿Lo intento o lo mando a la luna?