Yo me rompí una pierna pero como me daba miedo q me dijeran q me iba a quedar coja pues dejé de ir al traumatólogo. Estoy coja pero nadie me lo dice. ¿A q suena absurdo? Pues nada más q decir…

Conozco un caso similar y por favor, pon freno. Mi amiga ha perdido su pareja, sus amig@s, la oportunidad de ser madre (menopausia precoz), su trabajo y un largo etc, en definitiva, ha destruido su vida y la de su familia. Empezó con obsesiones lights (no comer salsas por ejemplo) hará 10 años. Ha ido a más a más…mide algo más de 170 y pesa 40kg (o menos), ella sabe que está enferma y muy delgada, pero su cabeza no le permite consumir más de equis calorías. No tiene vida social, apenas se mantiene en pie… Estás a tiempo, ve a un nutricionista, pero no dejes al sicólogo. Son pocos kilos los que te sobran, si es que te sobran, te acostumbras a llevar una dieta sana y ya está, no hay que ser tan estrictos ni querer ser top model, tenemos que haber de todo (a mí me sobran el doble que a ti). Ánimo y hazme caso, porfavor. Por ti y por tu familia.

Leo lo que escribes y tengo que responderte porque me siento identificada, eso mismo lo hubiera escrito yo hace un par de años y me hubiera gustado que me dijeran esto:
Si estás yendo al psicólogo es algo increíble que llevas ganado, pero si puedes permitirtelo te recomiendo ir a un psicólogo especialista en TCA. A mi me ha ayudado mucho que sepa bien cómo funciona y en qué consiste esta enfermedad, no que traten la como cualquier otra.
Respecto a lo que dices de no querer curarte… Después de cuatro años en terapia (más los años de seguir con mi enfermedad en silencio) puedo decirte que todavía hay días en que siento que no quiero «curarme» y que el progreso que he hecho no merece la pena, y según la psicóloga es algo normal. Pero sí que lo merece, y mucho. Por consejo de mi psicóloga y mi médico: cada vez que sientas que no quieres curarte, cada vez que tu cabeza vea una caloría y no comida, cada vez que te veas tentada a aplicar una «norma» que sabes que no existe… Tienes que decirte a ti misma que es la enfermedad quien habla, es una parte de tu cabeza que no eres tú, es la parte de ti misma que quiere lo peor para ti, que te quiere débil para ser manipulable. Básicamente, aunque no puedas convencerte de que curarte es lo mejor (con el tiempo verás que sí lo es pero tiempo al tiempo) piensa que no curarte es lo peor, es alimentar la enfermedad. Y ahora que lo has pillado a tiempo, consejo de hermana mayor, de amiga o de mujer a mujer: sigue con la terapia y manda a la mierda a esa voz en tu cabeza que te invita a seguir con los malos hábitos.
Mucho ánimo con todo, no es fácil pero merece la pena.