Esto sé que es surrealista, pero tengo que contralo.
Una tarde, después de trabajar, iba conduciendo y me llaman al móvil. Lo cojo en manos libres y suena la voz de una chica al otro lado del teléfono. Titubeando, me llama por mi nombre y me pregunta si soy yo. Y yo..eh, ¿quién eres?. Tú no me conoces, pero yo sé dónde vives, sé que eres una buena chica y no te mereces esto, lo siento mucho. Soy la amante de tu pareja. Sé que no me vas a creer, pero te voy a dar estos datos concretos: tal y tal día se fue de tu casa a tal hora y vino a la mía. El día tal fui con él a llevar tu coche al mecánico, que es marca tal y color cual, y tienes esta foto en el salpicadero…y así, un sin fin de datos con los que no me quedó ya más remedio que asumir que me decía la verdad.
Bueno, a todo esto, yo intentando reponerme del shock, me dice que vive a unos 5 minutos de mi casa, en la misma recta y que llevan viéndose CASI DOS AÑOS. Yo llevo con él más de diez y nunca, nunca, he desconfiado. También es cierto que cada uno vive ahora en su casa, nos damos libertad (no libertinaje), espacio y no tenemos una relación abierta. Esta situación ni se me había pasado por la cabeza.
Bueno, pues la chica me ha llamado porque descubrió que se está enrollando también con una compañera de trabajo, está despechada y quiere que le hagamos una encerrona. Claro, durante estos dos años no le importó un carajo hacerme daño pero, ahora que ella también está afectada, soy una buena chica y no me lo merezco, ¿no?
Realmente quiero que todos se vayan a tomar viento y desaparezcan de mi vida aunque, en mi fuero interno, me encantaría vengarme. A veces creo que esto no me está pasando a mí.