He leído a varias por aquí que desde que usan el bendito satisfyer han dejado de quedar con gente para tener sexo. Yo flipaba pensando que estaban majaras hasta que lo he probado y he entendido el por qué no querer ver a nadie más teniendo a ese cacharro venido del cielo.
Mi drama es el siguiente: creo que soy adicta a él. Me he acostumbrado a usarlo una vez al día pero es que la semana pasada llegué a hacerlo dos al día y estoy trabajando en casa y me dan muchas ganas de ir a la habitación a hacerlo de nuevo.
A alguna más le ha pasado? Debo asustarme?