Me casé muy joven, y creo que por las razones equivocadas, porque ahora resiento mucho a mi esposo. Tengo 30 años, y 9 de casada. Cuándo conocí a mi esposo, recuerdo que de él me atrajo la sensación de “seguridad” que me transmitía. Es el tipo de persona que no pelea, que le huye al conflicto, y que va por la vida muy tranquilo.
El tipo de hombre que sabes que te será fiel, porque no tiene suficiente malicia. Es en extremo tranquilo, y ahora tras estos años, lo encuentro demasiado “plano”. Esa personalidad que hace años me atrajo, ahora me irrita. No tiene opiniones sobre nada, carece de tema de conversación y de intereses. Donde vayamos tengo yo que hablar con ambos. En definitiva ya no lo amo, de hecho, como les contaba antes, le resiento, y ese resentimiento se hace cada vez más grande. Pero a la vez no tengo razones “fuertes” para dejarle.
Él sigue siendo la misma persona que éramos cuando nos conocimos y cuando nos casamos. No ha cambiado y mucho menos ha hecho algo malo. Así que no sabría que decirle a él, a los niños, o a la familia, de por qué lo dejo. Esperé un tiempo a ver si era una especie de etapa, diez años juntos es bastante tiempo y supuse que podía tratarse de una fase, pero como les decía, cada vez siento más y más cosas negativas hacia él.