¡Hola cariñios! Es la primera vez que abro una nueva conversación en todo el foro a pesar de haber planteado la idea muchísimas veces, pero todas ellas giraban en torno a cuestiones más graves y inconclusas que la que explico en el párrafo siguente, lo que me resulta irónico y a la vez aliviante, ya que de todos los problemas que he tenido, éste es el restante y el menos relevante:
Rompí con mi ex en marzo. Para entonces, mi relación con mi hermana era nula (de hecho fue ella la que me forzó a decirle a él la verdad, porque de no hacerlo yo, lo haría su novio (cuñado mío y mejor amigo de mi ex) lo que condujo a la separación) y mantuvo esa línea durante las siguentes semanas. Antes o después tuvimos que sentarnos y hablar. Arreglamos lo que sea que tuviéramos pendiente y volvimos a la relación de hermanas que siempre tuvimos. Lo extraño sucede cuando me entero de que, desde mi ruptura, ella y su novio han seguido viendo a mi ex, y no esporádicamente… Llevan todo el verano viéndose para salir de fiesta, hacer la fiesta en casa de alguno de ellos o llevarse la fiesta a cualquier lugar.
Sé que no debería molestarme ya que tanto mi hermana como mi ex son personas independientes y pueden hacer lo que quieran (para estas cosas no hay nada escrito), así que no he hecho más que asumir la realidad y hacer, en medida de lo posible, como que no me afectaba o molestaba para que no se sintiera cohibida a la hora de quedar con su ‘nuevo amigo’. Hasta ahora me he mantenido en la posición de que, si realmente le gusta quedar con mi ex a pesar de ser el ex de su hermana, yo, entonces que lo haga. Pero esa faceta de indiferencia es demasiado caduca: cada vez que salían yo me limitaba a quedarme en casa viendo cómo se lo pasaban de puta madre por los instagram stories, luego las fotos que publicaban juntos… Lo peor era imaginarme las conversaciones que tendrían sobre mí, las cuales aunque me diga que no, sé que han sucedido. Todo esto se daba en un contexto en el cual yo seguía enamorada de mi ex: me colgaba del cuello un colgante que me había regalado, olía las camisetas viejas que usaba en su casa para dormir y me terminé quedando, veía nuevamente películas que había visto con él por primera vez, escuchaba hasta el cansancio todas las canciones que me había descubierto y me repasaba nuestro álbum fotográfico casi todos los días.
Afortunadamente, ahora puedo decir que estoy libre de cualquier cadena que me atara a él. No estoy enamorada, no me gusta, no me atrae físicamente y por su puesto ya no estoy intentando dar con información nueva acerca de su vida porque no me concierne más allá de mi deseo sincero de que todo le vaya bien. Lo que sí conservo, sin embargo, es ese pequeño resquemor inconcluso acerca del triángulo que han construido mi hermana, su novio y mi ex. Supongo que es únicamente una mosca en la oreja que no deja de susurrarme cuán incomprensible ha sido ella hasta el día de hoy, ya que yo, como hermana suya, jamás quedaría con su ex sabiendo que la separación ha sido muy reciente y encima por culpa suya.
No sé, ¿qué pensáis vosotros?