Ayer mi jefe me llamó al despacho y me dijo, como de una manera muy paternalista, que todo a nivel de trabajo está genial, pero que debería bajar de peso porque distrae a otros compañeros y que también es una cuestión de imagen y de salud. Yo me quedé en shock al principio, pero luego le dije: Mira Ángel, ya lo siento, pero si mi físico no tiene nada que ver con mi rendimiento y esto no es un trabajo de cara al público no veo la necesidad de que hagas un comentario tan personal.
La verdad es que salí bastante ofendida. Es verdad que he engordado un poco, ahora peso unos 110kg pero es que no es motivo de nada como para que me diga que debería de hacer algo. Quien se cree, ¿mi madre?
Pensé que debía compartirlo aquí porque hacía mucho que no tenía un ataque tan directo contra mi peso, pero sobretodo para ver si inspiraba a otra gente a no callarse y hacerse valer sea cual sea el peso. Por otro lado, yo se que tengo que bajar, pero entre que mi novio y yo lo dejamos y algún asunto familiar se me ha pasado todo y ahora me veo más gorda que nunca. Pues ya está, ya me pondré con ello cuando me vea con fuerzas. Tampoco voy a salir corriendo a hacer dieta porque me lo diga un señor.
Yo solo espero que no me despidan por esto.