Estoy mal, weloversizers. Mi problema os podrá parecer muy simple pero para mí ya ha llegado a un límite que me afecta muchísimo.
El meollo del asunto es que soy una pasionaria. Pero no una pasionaria del amor o de la vida, si no de fiel defensora de las injusticias de este mundo que cada vez es menos mundo. Como buena asidua de las redes sociales que soy, me meto en cada debate y en cada foro que se me tope para, allí que voy, limpiar un poco cada sitio apestado. Apestado, ¿de qué? Principalmente de machismo, homofobia, racismo y demases. Siempre me documento a tope, incluso ya tengo una más que carrera elaborada en ello (y sin título alguno, claro, todo vocacional) pero siempre me atacan deliberadamente y con mucha rudeza. Pido que, a cambio, me guarden el mismo respeto que yo guardo y nunca ocurre. Llegan los insultos: no sabes de lo que hablas, vienes dando lecciones y te las has llevado tú, solo eres una feminazi más acusando de machistas a las primeras y un largo etc. Y no puedo más, lo hago con la mejor de mis intenciones porque me gusta debatir sobre ello y hacer que el mundo sea un poquito mejor. Y siempre, siempre, salgo de ellos tan escaldada que lloro mucho, muchísimo, de la frustración que siento. ¿Se sintió así Wonder Woman al entrar en un círculo solo de superhéroes? Ya no tengo fuerzas de seguir haciéndolo, el último rapapolvo me lo llevé de dos niños, de 16 y 18 y ya no sé si me merece la pena tanto disgusto por personas que ni siquiera comprenden lo que les intento transmitir. Esta luchadora nata está al borde del precipio de la inopia. ¿Debería dejarme caer al abismo o debería continuar la batalla?