Hola a todas, no estoy segura de por qué os escribo porque tampoco creo que haya una solución, simplemente quiero desahogarme.
Hace cinco años empecé a salir con un buen amigo, todo normal con nuestras cosas pero hace unos meses había algo raro y desde entonces él ha cambiado muchísimo. Os explico: ambos éramos bastante modernos, sencillos y tranquilos, ambos ateos, él ha sido siempre muy familiar y yo menos, ninguno queríamos hijos y queríamos ir poco a poco.
Hace unos meses, me dijo que empezaba a pensar que querría ser padre, y tras hablar durante muchas horas la cosa quedó en que él elegiría si quería seguir conmigo o que lo dejáramos para tenerlos por su cuenta. No os diré que sea la mejor solución, en gran parte a mí no me lo parece porque sé que él se basa en que está convencido de que algún día querré, de hecho me lo ha dicho más de una vez e incluso me ha llamado inmadura por ello, porque piensa que maduraré y me dará por querer ser madre.
Yo estoy bastante convencida de que eso no será así, nunca me han gustado los niños, no tengo paciencia y simplemente sé que no es para mí. Además, también empezó a creen en algún dios, no sé exactamente si se ha vuelto al catolicismo o está un poco en tierra de nadie, pero a veces me insiste en que le acompañe a misa y yo la verdad es que no tengo mucho interés. No me mete en la religión, a mí me parece que respeta que yo no crea en nada aunque a veces me debate (debatimos de todo, en general, desde el respeto). El caso es que últimamente, no sé si por pasar la cuarentena lejos o yo qué sé, está mucho más irascible, lleva la distancia mucho peor que yo, discutimos más y estos temas concretos se están acentuando, y me preocupa porque como sabéis lo de los hijos es muy importante y la diferencia que tenemos puede suponer una brecha entre nosotros, y que intente meter su religión en nuestra relación cuando por así decirlo no es lo que está «establecido».
Sé que han pasado cinco años y que la gente cambia, pero estamos tomando direcciones opuestas y me da bastante pena que eso nos acabe separando, porque creo que somos una buena pareja y nos queremos mucho. Como ya os había dicho, no creo que esto tenga solución. O seguimos juntos y vemos hasta dónde somos capaces de aguantar o dejamos de intentarlo y tiramos la toalla. Entiendo que él tiene derecho a cambiar, pero no deja de doler que sea tanto y nos pueda hacer incompatibles.