Hola a todis! para quien tenga alguna duda y para evitar que se hagan falsas esperanzas os cuento mi historia tinderiana:
El origen de mi cuenta en Tinder fue el siguiente: una tarde de aburrimiento en casa con el móvil en la mano, después de pasar horas mirando Instagram, twitter, WhatsApp (sin que nadie me hablara), decidí entretenerme con esa aplicación que anuncian por la tele (o eso creo), solo con el fin de hablar con alguien, pasar el rato, poco mas. Bien, comenzamos con el perfil, todo correcto, ni fotos feas ni tampoco surrealistas, hecho! ✅ y ahora… a la aventura! ¿qué tipo de personas me espera? pues bien a esta pregunta me respondí a mi misma con un «tranquila, mente abierta, hay mucho idiota» y efectivamente un idiota tras otro pero mas que idiotas, chulos, salidos, creídos y prepotentes. Lo mas gracioso es que debían de pensar que eran innovadores con las formas de conseguir el numero de teléfono pero al final todos lo pedían de la misma manera «es que esto no me tira bien» pero bien que te tiró la app para llegar hasta mi ¿no..? me hacía gracia mas que otra cosa y al que se ponía tonto, borrado y siguiente, así pasé la tarde y unos cuantos días, entre risas por algunos ofendidos y risas por algunos que se lo tomaban todo con humor.
Hasta que llegó el día en el que indiferente como siempre entro en la app y me aparece el típico chico que no está cachas marcándolo todo, ni tiene nada del más allá que te llame la atención pero con un algo que no se qué era que me inclinó por darle ese like que te abre la conversación directamente. Y allá que voy con todo, a saber mas de ese chico «normal» pero a la vez no tan normal, lo que mas me llamó la atención fue una de sus fotos con un «antes vs. después» en el que se le veía con un gran sobrepeso y cómo lo había superado y eliminado casi por completo, estuve analizando sus fotos un largo tiempo cual CSI, hasta que «PLIIN!» notificación de un nuevo chat, y si, era él, comenzamos a hablar, mientras yo estaba de vacaciones en Navarra (soy de Asturias) y él en Asturias, pasaron unas 3 semanas hablando con él y a medida que iba pasando e tiempo iba perdiendo el interés de hablar con el resto, por muy majos que fuesen, de modo que al final de mis vacaciones solo tenía conversación fluida con el chico X (conservemos anonimato) ya quedaban pocos días de vacaciones, coincidíamos en muchas cosas (pero como con todos, mucho bla bla y luego la mitad mentira) y no parecía mal chico así que al volver a mi casa, el mismo día, quedamos (dato curioso, vive en la misma calle que yo, a 3 portales).
Un manojo de nervios con patas era yo en ese momento pero a la vez pensando que iba a ser como las otras 3(?) veces que ya había pasado eso con otros, es decir, sin esperanza alguna. No teníamos ningún plan, íbamos sobre la marcha, yo mas vergonzosa que una patata, no le miraba de la vergüenza (de eso ya estaba avisado días antes)? y nada, hablamos nos besamos y todo bien, me fui a casa con dudas de que no me hubiese pasado nada fuera de lugar, pero con buena sensación. Seguimos hablando y quedando, todo bien, muy cariñoso, yo muy sincera si algo no me gustaba se lo decía y no se lo tomaba a malas, sino que rectificaba y yo en una nube.
¿¡En qué momento podía ocurrir esto a partir de una app?! Pues bien..actualmente llevamos 10 meses juntos y aquí seguimos, como el primer día. y realmente creo que esto va a durar lo que no está escrito.
Así que aun sin esperanzas de nada, aquí estoy disfrutando de un buen amor tinderiano❤️.