Bueno, pues aquí está una, tratando de mantener el tipo constantemente pero sabiendo que tiene un problema gordo de autoestima.
El caso es que estoy en un momento bastante dulce en mi vida, habiendo conocido a un chico maravilloso y al futuro papá de mi hijo, que nacerá en un par de meses.
La cuestión viene a que tengo un montón de inseguridades conmigo misma y siento que a veces no disfruto del momento como debería por eso.
Resulta que mi pareja viene de una relación de 20 años, que se dice pronto. No sé los motivos por los que terminó ni quise indagar, por miedo, en parte, a hacerme daño a mí misma imaginando escenarios que no me corresponden. Me resulta incómodo, aunque sea consciente de que es del todo normal ni tiene nada de malo, pensar en mi pareja haciendo su vida con otra persona, con sus planes e ilusiones con ella, queriéndola. Lo único que sé es que cortaron cordialmente y cada uno se fue por su lado.
Puedo decir que me siento orgullosa de él cuando en ningún momento me ha hablado mal de su ex porque entiendo que es un chico respetuoso y eso me encanta. Pero creo que a veces no sé gestionar que conmigo apenas esté empezando una etapa mientras veo la «huella» de su ex en muchos de sus recuerdos, aunque no la nombre expresamente. Por no hablar de que su ex es prácticamente de su mismo pueblo que visitamos a menudo, donde es probable encontrarse con su familia a la cual me consta que le guarda mucho cariño y que yo misma he conocido una parte de casualidad.
Por lo que intuyo, mi pareja tenía un relación super estable con una persona con la que creció desde el insti, con la que convivió en su propia casa ya pagada, con una familia a la que adora y bien posicionada, en su mismo pueblo, con prácticamente la vida arreglada. Y luego estoy yo…
Una chica tirando a pobre que vive como puede pagando el alquiler de un piso horrible, a la que apenas le ha dado tiempo a conocer realmente, llena de incertidumbres y torpezas tras varios tropezones sentimentales a la espalda. Encima con la que tiene que gastar sus ahorros (o más) en comprar un piso para dar a nuestra familia una vida en condiciones en otra ciudad y romperse la cabeza haciendo números para llegar a fin de mes.
Y me siento mal. Me siento impotente y un lastre total. Que bajó mucho el listón. Y siempre procuro que no se me note, porque tampoco querría que se cohibiera cuando habla de su vida y mucho menos por mí, pues entiendo que él es fruto de aprendizajes y recuerdos que no tiene conmigo pero que no tiene por qué rechazar. Lo quiero libre, y yo poder ser su refugio cuando quiera hablar de cualquier cosa, pero no sé cómo evitar que me duela.
Perdonad la chapa pero me encantaría leer vuestras experiencias o puntos de vista, a ver si consigo animarme un poco. Gracias.