Sirenas, dilema que me está matando a la vista.
Estoy embarazada, y ha sido algo buscado junto a mi pareja. Los dos estábamos de acuerdo, sin embargo el embarazo va avanzando y a él le veo cada vez menos ilusionado, como si de alguna forma se arrepintiese de lo que nos viene encima. No para de comentar todas esas cosas que tendremos que dejar de hacer cuando naza el bebé y está amargado.
Esto no es bueno para mi, y menos en mi estado. Me parte el alma ver que no se le iluminan los ojos cuando hablamos del bebé. Parece como si yo le hubiera obligado a pasar por eso, cuando fue algo que decidimos conjuntamente. Ayuda por favor.