Hace tiempo, decidí que no iría con miedo por la calle. Tengo, tenemos derecho a ir libres sin miedo a que nos pase nada…

No puedo.

Me siento impotente cuando salta un machirulo con sus movidas y veo que todos le dan la razón. Cuando tú expones tus razones para explicar que las mujeres seguimos siendo mierda a los ojos de la sociedad, y el machirulo de turno te machaca hasta hacerte sentir culpable. Que vuelvas de trabajar tarde y te insulten, porque no les haces caso a los que te molestan. Cuando te insultan porque les contestas (que se piren). Cuando hasta se atreven a tocarte.
Cuando te sientes la más afortunada del mundo por vivir delante de una comisaría de policía. Cuando te ha dado la impresión que alguien te seguía y le pides a alguien que por favor se haga pasar por tu hermana, tu primo o tu padre. Cuando en el trabajo (cara al público) sientes que no te valoran por tu profesionalidad, ni por tu carrera, ni por tu máster, sino porque les pareces guapa. Cuando piensas «me niego a tener miedo», pero ves cómo nos están matando.

Me siento demasiado expuesta. Nos siento demasiado expuestas…