Hola, loversizers
Esta será la primera vez que publico una situación personal en un foro, ya que nunca antes lo había hecho porque soy una chica a la que no le gusta molestar/preocupar a los demás con sus problemas. Sin embargo, esta vez necesito expresar lo que siento.
Antes que nada, os explicaré (brevemente, si puedo) mi historia para que podáis aconsejarme, ayudarme, criticarme o lo que sea (cualquier cosa será bienvenida).
Cuando estaba en primero de bachillerato conocí a un chico, estábamos en la misma clase y nos veíamos cada día. Al principio no nos hacíamos mucho caso pero un día, me pidió el Whatssapp y empezó todo esto. Me pedía cosas de clase (siempre he sido de las que sacan buenas notas) pero a la vez se interesaba por mi, mis cosas y parecía que quería algo más. Y, ya lo dicen: «tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe»; acabé por enamorarme. Esto, duró un tiempo hasta que me enteré que tenía novia y decidí frenar mis sentimientos. Aquí es cuando empezó el juego y, hablemos claro, la manipulación psicológica. Vio que me iba desenganchando y adoptó otro papel. Empezó a jugar conmigo: me decía que me necesitaba en su vida pero luego no me hablaba durante un tiempo, me decía que tenía problemas con la novia y que cortaban pero luego no era cierto, siempre me contaba mentiras y luego las acababa descubriendo, me enviaba mensajes diciendo que me quería pero luego solo me preguntaba que le manadara trabajos y cosas de clase. Y yo, tonta de mi, se lo perdonaba todo y le creía. Pero llegó un punto que dije basta: mis notas habían bajado un poco, tenía ansiedad (entre bachillerato, los exámenes, mi autoexigencia y él), bajadas de azúcar y de tensión, no comía, me quedé con la autoestima por los suelos, no reía como antes, me encerraba en mi habitación a llorar porque no entendía que quería él de mi, mis amigos estaban bastante preocupados y yo quería dejar de vivir por y para él y centararme en mis estudios. Nos fuimos de viaje de estudios de 2º de bachillerato y decidí pasar de Él y disfrutarlo con mis amigos. Él se pasó todo el viaje triste y a los pocos días de volver, me mandó un gran texto por Whatssapp diciendo que le había decepcionado (porque quería haber pasado el viaje conmigo y no se esperaba que yo lo hubiera ignorado) yo exploté y le dije que estaba cansada, que no entendía su manera de actuar ni que quería de mi. Al final, le dió la vuelta a la tortilla y terminé pidiéndole perdón y volviendo a estar a sus pies. Después de un tiempo siguiendo este juego, la historia terminó como era de esperar: cada uno por su lado, yo hecha una mierda, con principios de depresión y huyendo a estudiar a una universidad lejos de mi lugar de origen para no verlo tanto y poder recuperarme. Aunque aún siguió (de vez en cuando) rondando, ya que juega en el mismo club deportivo que mi hermana. Todo esto, viviéndolo en silencio (sólo se lo conté a mis amigos más íntimos, y no todo).
Y vosotras diréis, ¿cuál es mi problema? Desde que me pasó esto, no he conseguido abrirme a nadie. Siempre que conozco a alguien, en el ámbito sentimental, pienso que me hará lo mismo que me hizo esta persona. Nunca he tenido novio ni nada por el estilo (cómo mucho cuatro besos estando de fiesta) pero tampoco había sido una necesidad. Pero, ahora (con 20 años, a punto de cumplir los 21) me encuentro en un punto muerto. La mayoría de mi entorno tiene pareja y mi círculo más próximo esta presionándome contínuamente en ese aspecto. Y, la verdad, me siento bastante sola debido a esto. Mis amigos me dicen que cambie el chip, que me abra, que vuelva a ser la chica alegre que era antes pero no sé cómo hacerlo. No quiero que esta historia siga condicionando mi vida, quiero ser feliz pero no sé cómo.
Perdón por no haber sido tan breve como querría y gracias por dedicarme un poco de vuestro tiempo.
¡Muchos besos y amor para tod@s! Y, ya que estamos: ¡Feliz Navidad!
PD: Rebeca y Elena, no sabéis la infinita ayuda que estáis prestando a muchísima gente. No sabéis lo importante que ha sido esta web en mi vida. Nunca tendré palabras suficientes para agradecéroslo. Un beso muy fuerte para las dos.