Relato I: mi primera vez

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    Científica empedernida on #142176

    Hola a todas!!

    Nunca he escrito por aquí y aunque llevo varios meses siguiendo esta página no me había animado a hacerlo. Hasta hoy.

    Este relato lo escribí hace años bastante inventado gracias a mi graaaan imaginación. Espero que os guste y puede que me anime a subir algún otro. GRACIAS sólo por el hehco de tomaros el tiepo para leerlo.

    «Fue en los días de instituto. Esos días tan confusos, tan intensos,… esa intensidad que de mayores echas de menos. Éramos unos chavales, él algo mayor que yo porque había repetido un par de veces. Ambos éramos nuevos en ese edificio, lo que hizo que nos convirtiésemos primero en amigos y luego en pareja.
    No hacia ni dos semanas que lo habíamos dejado. Cosas de la adolescencia, nos queríamos pero él la había cagado conmigo. Por supuesto, que yo seguía enamorada, el primer amor no se olvida con tanta facilidad…
    Él había estado enfermo los últimos tres días y yo le tenía que devolver un libro que me había prestado. Había examen y él lo necesitaría. Armándome de valor, le llame y me dijo que podía pasar por su casa a dárselo. Ya se encontraba mejor e iba a estar solo toda la tarde.
    Después de las clases, decidí pasarme por su casa a media tarde. Era una tarde calurosa y lo que menos me apetecía era verle pero aún menos me apetecía estudiar para los exámenes finales.
    No me arregle demasiado, lo justo para hacerle ver lo que se había perdido… aún tenía mi dignidad. Sería devolverle el libro y poco más. Diez minutos a más tardar, los apuntes me estaban esperando en mi escritorio e iba retrasada.
    Toque el timbre y me puse nerviosa. Esos nervios se intensificaron cuando fue una voz femenina la que respondió el telefonillo. Era su madre… me había dicho que no iba a estar. Dios mío, como iba a mirar a la cara a esa buena mujer… en el ascensor era un manojo de nervios. Joder, le iba a echar la bronca… nunca había pisado su casa y, aunque su madre sabía de mi existencia, no nos conocíamos personalmente.
    Al llegar a su casa, me recibió la más amplia de las sonrisas. Su madre era un encanto, me ofreció de todo, de comer y de beber. Su hijo estaba en la ducha… no podía creerlo, me tocaba poner buena cara porque por lo que pude adivinar, no le había contado que habíamos roto.
    Después de un rato, y de sorpresa, apareció el en el salón. No me lo podía creer… solamente llevaba una toalla enrollada a la cintura. Eso era un golpe bajo. Los reproches de su madre me sacaron de mis pensamientos lujuriosos… tenía razón no debía estar con el pelo mojado, estaba enfermo.
    Se fue a su cuarto refunfuñando y sabiendo el efecto que había causado en mí. Una vez terminado, me llamo y su madre me hizo pasar a su habitación.
    Era exactamente cómo me lo había imaginado. La toalla que llevaba hace unos minutos estaba encima de su cama nido, su escritorio desordenado como esperaba,… Yo lo observaba todo a fin de conocer su espacio más íntimo. ¿Qué me pasaba? Ese chico me la había jugado, no me merecía.
    Me dio dos besos y me pidió disculpas por, según él, la pesada de su madre, sonrosándose. La verdad, que la señora me había hecho unas cuantas preguntas pero yo había estado encantada de respondérselas. Para cortar un poco su apuro, me dijo que volvía al baño a terminar de arreglarse.
    Yo aproveché esa oportunidad para cotillear su cuarto. Había muchas fotos colgadas en un corcho. Él de pequeño, su aita, fallecido años antes, amigos comunes… pero yo no estaba. No pude enviar decepcionarme un poco, qué poco había significado para él.
    Absorta en mis pensamientos, me puse a mirar por el gran ventanal mientras jugueteaba con el libro que había ido a devolverle. De pronto, note una mano en mi hombro y cerré los ojos. Solté un suspiro y él me agarro de la cintura por detrás. Bonitas vistas, me dijo. Realmente lo eran, le respondía al mismo tiempo que mi cuerpo decidió actuar sin permiso de mi mente.
    Te he echado de menos, me susurró en mi oído. No podía creérmelo… iba admitidme que se había equivocado. Me aparto un poco el pelo y me dio pequeños besos en el cuello. Mi cuerpo se estremeció… algo electrizante.
    Me volteo y nos dimos unos de esos besos que yo tanto había añorado. Al parecer, él también. Me rodeo con sus brazos fuertes de chico deportista y yo me sentí volar. Me acompañó hasta su cama, donde nos sentamos sin poder dejar de besarnos.
    No sé cuánto tiempo llevábamos comiéndonos el uno al otro cuando su madre toco la puerta. Dios! Me había olvidado de que no estábamos solos… me había llevado hasta un lugar tan placentero que solo estábamos él y yo.
    Su madre se iba, nos quedábamos solos y se despidió sin abrir la puerta. Era nuestro momento. Yo había recobrado la cordura pero él apreció no enterarse y seguía a lo suyo. De nuevo, me volvió a llevar al cielo con sus besos. No le costó demasiado… eran apasionados.
    Para cuando me quise dar cuenta, nos habíamos tumbado y nuestras manos parecían tener voluntad propia. Me había soltado los primeros dos botones de la blusa y yo no hacía más que agarrarle su culo atrayéndole hacia mí. Nuestras respiraciones se entremezclaban mientras que nuestras lenguas no descansaban.
    Sin notarlo me percate que me acariciaba la tripa, había soltado mi blusa sin enterarme. Me tensé y él paro de besarme el cuello. Cuál es el problema, me preguntó. Lo hemos dejado, respondí tímidamente arrepintiéndome al instante. Me gustas cómo el primer día que te ví, sabes que me encantas y que sacas lo mejor de mí… me gustaría ser el primero, tu primero. Aún no sé cómo pero accedí… puede que fuese porque mientras me lo decía me hacia cosquillas en mi vientre. Cosa que hoy, me sigue poniendo como una moto.
    De repente, se reclino y se quito la camiseta. Me volvió a besar, llevándome al Olimpo. Me acerco a él sentándome y empezó a quitarme la blusa dejándola caer por mis hombros. Aún recuerdo el suave roce de sus dedos por mi espalda.
    Mis manos empezaron a tener voluntad propia, intensificando mis roces en sus abdominales. Recuerdo lo mucho que me gustaban, en clase de educación física me volvía loca y él lo sabía. Por eso, era él el que me guiaba… hasta se fijo, en mis pechos… esos pechos que pedían a gritos la liberación del sujetador, cosa que su mano izquierda hizo sin problemas. Veo que no tienes problemas con los enganches, le comenté entre suspiros.
    Él pareció no escucharme, está ensimismado viéndome los pechos, deseosos de ser besados. Sin pensárselo dos veces, se inclinó para chuparlos. Primero pasando su lengua alrededor de ellos y luego metiéndose cada pezón en su boca. Mis suspiros se fueron convirtiendo en pequeños gemidos, que hacían que apareciese su bulto por encima del pantalón. Él se percató que yo miraba hacia su entrepierna, cogió mi mano y la dirigió hasta ahí. Mira como me tienes, me dijo con una mirada que me hizo enloquecer. Yo inocentemente le contesté que quería vérsela y él me dijo que la tendría que tratar bien y dejarla entrar dentro de mí. Yo asentí con la cabeza y en un instante se deshizo de su pantalón. Al parecer mi comentario, le había vuelvo loco…
    Se quedo de rodillas frente a mí, que estaba tumbada entre sus piernas. Pude ver, por primera vez, su polla erecta…apuntando hacia arriba, desafiante. Se podía apreciar en mi cara esa mezcla de estupefacción y deseo. Ese deseo que creía dentro de mí a pasos agigantados.
    Poco a poco fue bajando la bragueta de mi pantalón. Para deshacerse de esa prenda tiro con fuerza, por lo que me quede en bragas delante de él. El metió un silbido a modo de cumplido y prometió comerme entera. Así lo hizo
    Me metió una mano por debajo de las bragas y me susurro al oído, que estaba más que preparada. Se me escapó un sí a modo de gemido. Cogió un lateral de las bragas y la fue bajando poco a poco, luego el otro lado… así aumento mi respiración y mi fuego interno. Necesitaba apagarlo de alguna manera y él estaba dispuesto a dármelo todo aquella calurosa tarde.
    Bajo mis bragas despacio, rozándome las piernas con ellas y con sus hábiles dedos. Cuando, por fin, me quede desnuda frente a él… abrí las piernas sin saber por qué. Aunque fuese la primera vez, parece que mi cuerpo sabía lo que tenía que hacer.
    Suavemente note el roce de unos de sus dedos en mi vagina. Él me miro a los ojos pidiéndome permiso con la mirada. Yo me mordí el labio inferior a modo de consentimiento. Note sus dedos recorriendo mi clítoris, ya hinchado y él noto la calidez de mi flujo en sus manos.
    Mi respiración aumentaba al mismo ritmo que lo hacia la suya. Poco a poco note como iba introduciendo unos de sus dedos dentro de mí, dando un gritito de placer. Poco más tuvo que hacer para que mi cuerpo se estremeciese de repente y tuviese mi primer orgasmo. Ese orgasmo con el que le moje toda la mano, esa mano que llevo hasta mi boca para hacerme participe de mi sabor.
    Me preguntó si él también podía probarlo, yo asentí con la cabeza. Me equivoque pensando que se chuparía los dedos de manera lasciva, porque su deseo era probarlo directamente de mí. Su primer besito en mi zona me hizo cosquillitas, di un respingo pero poco a poco me fui acostumbrando a la calidez de su lengua y me hizo vibrar de nuevo.
    Sabía que él quería que yo hiciese lo mismo, pero me daba vergüenza… me explico cómo tenía que comérsela pero no me atreví más que a metérmela varias veces en la boca. Me tranquilizo diciéndome que aprendería con el tiempo (cosa que he hecho) y me dijo si podía correrse dentro de mí.
    Quería penetrarme con todas su ganas y yo quería ser penetrada. Era él, era él el que debía de ser el primero. Me prometió hacerlo con suavidad, que no quería dañarme y que quería que los disfrutásemos los dos.
    En un ataque de lucidez, le pregunté por un condón… él sin dudarlo me soltó de entre sus piernas y abrió una cajón de la mesilla. Allí estaba yo… era una foto nuestra! No me lo podía creer… me voltee para cogerla y me dijo que la tenía en su mesilla de noche hasta que lo dejamos. Necesitaba que yo fuese lo primero que viese al levantarse y lo último, cuando se fuse a acostar. Después de todo, no me tenía colgada en su corcho… me tenía en un sitio más especial.»


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    debi
    Invitado
    debi on #142246

    Porfavor continua no puedes dejarnos asi!

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    Maria
    Invitado
    Maria on #142315

    Continúa me has enganchado a la historia…chica lo tuyo es escribir…Que pasión le pomes supomgo q la misma intensidad del momento…fantastica

    Responder
    [email protected] on #142330

    Continuaa no nos dejes asi, escribes muy bien!!

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    Alba
    Invitado
    Alba on #142331

    Pero por qué no sigues? Por favor continúa la historia :)

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    Secret21
    Invitado
    Secret21 on #142334

    Deberías de seguir con la historia!!!
    Deberías de escribir un libro.
    Magnífico!!!

    Responder
    Maria
    Invitado
    Maria on #142340

    Por favor sigue con la historia

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    Científica empedernida
    Invitado
    Científica empedernida on #142345

    Jo, graciaaaas!!

    No me esperaba tantos comentarios, ni tan buenos!!! La verdad es que, como ya dije, la historia no es real y la he acabado ahí…pero sabiendo que os gusta puedo intentar continuarla. Tengo algún otro relato ya escrito, no sé si podría ser interesante también.

    Responder
    Mari
    Invitado
    Mari on #142370

    Wow que bien escribes noa encanta sigue maa claro que siiii eres una crack!

    Responder
    Vvbea
    Invitado
    Vvbea on #142427

    Ojala mi primera vez hubiera sido asi!! Jajajaja

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