¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Seguro que hice algo muy malo en otra vida. O en esta vida y vivo dentro de un episodio de Black Mirror y me castigan a diario por eso que hice y no recuerdo. Porque si no, no me lo explico.
Tengo un marido al que quiero mucho, un niño pequeño precioso y no puedo disfrutar de ellos. Puede que tú tengas el trabajo de tu vida y una vida social que envidiaria hasta París Hilton; pero tampoco puedes disfrutarlo. Y te preguntas que narices te pasa, como yo. ¡Pero si hay gente que mataría por tener todo eso que nosotras tenemos! ¡Deberíamos ser inmensamente felices! Si hasta tus amigas y tu familia te dicen que no tienes motivos para estar así. Ya lo sabemos, pero no podemos evitarlo.
¿Por qué? ¡Yo quiero ser feliz! ¡QUIERO SER FELIZ! Si lo repito muchas veces, si lo grito a pleno pulmón ¿se hará realidad? ¿Tú lo has probado? Parece que no funciona. Vaya, otra cosa más para tachar de la lista. Voy a buscar una playlist de esas de música alegre, de cantar en la ducha. No me sale la voz, me estoy poniendo más triste, debería estar cantando feliz y estas canciones solo me traen recuerdos de momentos más felices a los que ojalá pudiera volver.
Voy a meterme en la cama a ver la tele, a ver si con suerte me quedo dormida pronto. Oh, tengo que dormir al niño. Que bonito es, cuanto te quiero, pero por favor, duérmete pronto, necesito que el día termine. ¿Te han vuelto a echar la bronca tus amigas por querer quedarte en casa viendo Netflix en vez de salir con ellas? Podríamos cambiarnos, yo salgo y tú te quedas con el peque. ¿Eso nos haría felices?
Voy a coger el coche y a ponerme «El Patio» de Pablo López; no se porqué pero esa canción me hace llorar muchísimo, pero si la canto a pleno pulmón siento que me ayuda a deshagorme un poco y así puedo seguir con mi vida un rato más.
Depresión FUERA, vete de mi casa, tú no eres mi amiga1.