Pues el título lo dice todo: siento que quiero que no salga, fastidiarle los planes o que no los disfrute y sé que es horrible. Me desahogo aquí porque a cualquiera que se lo cuente va a pensar que soy mala pareja y bueno, solo decir que es lo que siento, que ni por asomo lo voy a hacer, pero ya me asusta bastante llegar a sentirme así. Yo no soy así.
Mi chico quiere hacerlo todo conmigo, de hecho, ayer mismo estábamos organizando todos los planes de verano. En el día a día casi siempre está conmigo, la rutina es conmigo (sale y habla con amigos pero no es un chico que esté todos los días fuera) y todos sus problemas los vuelca en mí, que también intentamos solucionarlos juntos. El día a día se basa en cosas pendientes por hacer en las que estoy ayudando al 100% y el mayor ocio es salir a cenar algo de comida rápida, mirar alguna tienda de ropa mayormente para él o ver netflix. ¿Cuál es el problema? Que cuando se trata de salir a pasarlo bien, no quiere ir conmigo, solo va con sus compañeros de trabajo con los que no se siente ni cómodo, o eso es lo que me dice. Que se lleva bien pero sin más y el grupo nunca es el mismo, porque la gente dura nada en ese trabajo. Conmigo nunca.
Os pongo un ejemplo: la feria de la ciudad. El primer año que estuvimos juntos, la feria fue una semana antes de que yo tuviera que mudarme a otra provincia. Llevábamos pocos meses y la mayoría de ellos fueron sin pasar tiempo de calidad porque eran sus exámenes finales. Le dije que me gustaría ir con él y que deberíamos pasar algo de tiempo de calidad antes de irme, pues nos íbamos a ver muchísimo menos e iba a ser más difícil. Me decía que no porque tenía que estudiar y lo apoyase, me quedaba con él estudiando en su casa pero sí sacó un día entero para ir a la feria con su grupo. Me sentó mal y me llevó para «equilibrar» a la feria un lunes cuando salió de trabajar de noche, que al ser entre semana ya estaban cerrando y al llegar nos tuvimos que dar media vuelta.
El año pasado hizo lo mismo, pero cedió a ir conmigo con tiempo porque yo me encontraba mal y no podía estar de fiesta. Dijo que a él no le apetecía, de hecho, siempre dice que no le gusta nada la fiesta, y que él lo que quería era solo dar un paseo. Pues estando allí, se encuentra a alguien que le dice de ir de casetas y quedarse bailando y bebiendo y se molesta conmigo porque él quería y yo no (yo no podía y él decía que no quería).
Este año vuelve a ser la feria y ¿conmigo va a ir? No le apetece, está mal, está cansado, se ve mal física y anímicamente y está apático absoluto, que me iba a decir de ir esta noche (si íbamos esta noche no sería más que un par de horas porque mañana entra temprano) pero se ha molestado y dice que si no tenía ganas, ya sí que pasa pero que mañana va con su grupo todo el día y noche. A mí absolutamente siempre me dice que no quiere ni salir de casa, ni mirarse al espejo, que se ve mal, que no le apetece hacer nada y lo tengo que entender ( a veces salimos y si se mira a un espejo se viene abajo y se quiere ir a casa o se pone frío y agobiado por su imagen) pero para ellos se siente genial, se arregla y se va a ser el gracioso y simpático que suele ser.
Hace dos semanas eran otras fiestas en la ciudad y estuvimos todo el tiempo juntos hasta el finde que es cuando él estaba libre y podíamos ir. No fue conmigo, que eso no le gusta y que tampoco pensaba que yo querría ir, pero se quedó al salir de trabajar con ellos y las celebró en un pub que a mí realmente me gusta.
Y otro ejemplo son las cenas de navidad. Cuando la anuncian, se pasa semanas diciendo que no quiere ir, que a excepción de algunos con los que se lleva algo mejor, odia su trabajo y a sus compañeros. Que no le apetece ir, que no quiere y le da ansiedad. Con las mismas me dice que le apetece por ir con esa gente que se lleva mejor y que lo acompañe a comprarse algo para ir más elegante. Lo acompaño a comprarse algo y vuelve a decir que no. Así todos los días, a ratos no a ratos sí. Pero al final siempre lo veo emocionado por ir, se compra ropa, se pone guapo. Dice que no va a estar más que un par de horas y vuelve a la mañana siguiente. Todos los años igual y este último puso menos pegas y estaba más emocionado y se lo pasó genial. Para no gustarle la fiesta, si se lo proponen pierde el culo por ir.
En este contexto de la navidad le dije que me parecía genial, que no me malinterpretase, pero que al igual que se iba a comprar ropa para ir a una cena algo más elegante con ellos y luego salir a bailar o a tomar algo más en un ambiente festivo, que me gustaría que lo hiciera conmigo. Salimos mucho a cenar pero no así, nunca hemos salido de «fiesta» juntos. Pues le sentó mal y me llegó a decir que esas cosas de verdad que no le apetecen mucho, que de vez en cuando está bien pero conmigo no le apetece.
Es así siempre que hay un evento grande, navidad, carnavales, cruces y ahora la feria. Siempre dice que no quiere, lo mal que está, cada día lo veo quejándose tanto de sí mismo y yo intentando subirle el ánimo, pero luego para salir conmigo es un impedimento y con ellos no.
Ya me pesa, la verdad. Lo de que va a ir mañana a la feria me he enterado hoy, aunque el otro día le pregunté si tenía planes de ir y me cambió de tema, le dije si iba conmigo y dijo que prefería usar los días para irnos de vacaciones (que es lo que estamos mirando).
De verdad no quiero dar la imagen de que es un fiestero, porque cuesta la vida sacarlo de casa pero ya os digo, en las ocasiones especiales, con ellos. Tengo también la sensación, porque me lo dice, de que con ellos quiere aparentar o quedar bien y a mí me muestra otra versión, pero bueno.
Luego además me hace comentarios que me joden como que soy una aburrida o que tengo el espíritu de una señora de 80 años, por ejemplo, lo dijo después de que una cajera de confianza de mi barrio me preguntara si iba a salir este finde a las fiestas. Sin embargo, yo siento que es él el aburrido que se levanta a la hora de comer, lo deja todo, que siempre está apático y que no quiere hacer nada. A mi me encanta salir, cantar, bailar, jugar a cosas o estar simplemente fuera charlando. Lo que sea pero es que de verdad me encanta y con él me estoy frustrando, además de que me pone la etiqueta de aburrida.
Lleva toda la semana que es monotema: se ve horrible. Lo intento animar pero no hay manera. Solo se habla de eso. Le dices guapo y le sienta mal porque no lo cree, lo tocas aunque sea un simple abrazo y le sienta mal y se pone histérico porque le has rozado la barriga. No quiere que lo vean por la calle, no quiere que lo miren y si alguien lo mira, se pone histérico también. Es lo que he dicho al principio: el miércoles se animó porque fuimos a otra ciudad y estaba súper feliz, pero si se miraba a un espejo se venía abajo y costaba volver a animarlo. Costó sacarlo porque le daba pereza salir de la cama. Ayer se sentía mal, hoy se siente peor aún y está cabreado porque le he dicho que esto no me gusta y estaba demasiado cansado como para tener esta conversación, pero mañana va a ir con ellos como si nada y que sabe que me va a sentar mal. Conmigo no, no le apetece y es que le da ansiedad salir a la calle. Para ir con ellos pierde el culo. Y si se lo digo, es que le quiero boicotear los planes y le estoy dando más motivos para no ir conmigo, porque lo estoy agobiando entonces y ellos no.
Me siento triste y como si fuera un saco de boxeo, cada vez que ha pasado algo así he ido teniendo más y más ansiedad hasta que he empezado a sentir que no quiero que vaya. Que no me apetece hablarle ni ser un mínimo simpática, desearle que se lo pase bien, nada. Que se quede preocupado todo el día al no saber de mí, que ojalá le de la ansiedad o se vea horrible y se quiera volver. Que ojalá deje de ser el perrito faldero de esa gente, que le importa demasiado lo que piensan (lo dice él) y se pire. Que ojalá llueva o le pongan un turno que no le permita salir.
No voy a hacer ni decir nada de lo que acabo de mencionar, odio llegar a pensarlo. No me voy a portar mal y no quiero joder a nadie ni impedirle que lo pase bien, pero creo que la situación me está saturando tanto que he llegado a pensar todas esas barbaridades tóxicas.
No sé qué hacer, entiendo que soy su pareja y que debería entender que conmigo se desahogue más, que no se fuerce a hacer cosas que no le apetecen y quizá con ellos sí para mantener cierta amistad en el trabajo o yo que sé, pero siento que esto está siendo injusto.
Es la primera vez en mi vida que tengo tal nudo en la garganta como para hacer la ley de hielo, cosa que odio y que jamás haría. No me gusta sentirme así.