Hola amigas y amigos. Ya he comentado anteriores veces en el foro, pero quería contaros algo que me pasó recientemente y la verdad es que no es para menos. Algunos o algunas pensarán que es una chorrada pero NO, es algo que tenemos que tener en cuenta a pesar de que haya ocurrido probablemente a causa de unas ideologías demasiado arraigadas. Aunque bueno, voy a dejar de divagar y contar lo que pasó…
Hace tres días decidí cortar mi melena por que ya estaba harta del calorazo Valenciano y por que quería un cambio de look radical.
Antes de nada, anticiparé que llevo la parte derecha de mi cabeza rapada al 1 y varias rastas (entre ellas algunas que me llegan hasta el comienzo de la rajica del culo). Las quiero mucho y me las cuido como si fueran mis bebés.
Bueno, pues fui a mi peluquera que ya me conoce y sabe perfectamente el amor que les tengo y mi estilo. Así que me repasó el rapado, me cortó el pelo cortito cortito y estaba más bella y punky que nunca. Al acabar, cogí mis bártulos y me decidí a esperar a mi chico que iba a pasar a por mi en coche.
De repente, al pasar 5 o 10 minutos esperando, me fijo que viene un hombre de unos 50 largos en bicicleta que se me queda mirando y me dice: «Pufff otra loca» y sinceramente… Me sentó como una patada en el mismísimo clítoris por que, señor, ¿Quién es usted para decirme nada?
No contesté a su provocación pero… Me pareció de un cuñadisimo impresionante y un muy poco respeto hacia los demás.