Dudo que quieran comer de lo que yo hago, tienen una mente muy antigua.

Efectivamente, son muy amargados y yo creo que quieren arrastrar al hijo a ese ambiente para que esté siempre allí con ellos, y si me tiene envidia y es súper obsesiva con su hijo, en vez de su hijo parece que fuera su novio, se mete en todo. Mi novio alguna vez le para los pies, pero luego se vuelve siempre a lo mismo porque vuelve a seguir el manipulado por ellos y siempre quedó yo como la mala, y no me gusta nada ir allí me siento incómoda y luego todo son peleas con el, alguna vez me puesto en mi sitio y salgo criticada por ellos.

Ya te digo, se acostumbran y su madre le gustaría que su niño estuviera todos los días allí y viviera con ella, me lo deja caer, estoy yo como si fuera una extraña. Cuanto más vamos peor, si fuera por mi ni iba y de hecho muchas veces no he ido y ha ido el solo, y me ha costado peleas y gordas, en cuanto a mi novio de su salud pasa tres pueblos, tiene depresión y se deja llevar por sus padres.

Me pasó algo parecido al principio de mi relación con el que ahora es mi marido. Yo me he pasado prácticamente la vida a dieta, y adelgazando y engordando….cuando «dejaba la dieta» seguia comiendo sano y haciendo ejercicio porque me gusta ese estilo de vida y la alimentación saludable. Mi suegra no sabe cocinar, sólo sabe freír. Y tira de freidora todos los días (croquetas, calamares, patatas fritas….) Todo congelado y frito. Vamos, una fiesta del colesterol en las arterias. Cada vez que vamos a comer el menú es así. Al principio también se metían conmigo, me sentía super observada en la mesa por todos, y era super incómodo. Que si eso engorda mucho, que si tú estás a dieta eso no lo podrás comer, que luego tendrás que hacer mucha bici para quemar las croquetas…..al final le expliqué a mi chico que yo no me sentía a gusto siendo el blanco de todas las pullitas. Y fue él quien habló con sus padres y se cortó el chorro obsesivo contra mi, mi peso y mi forma de comer. La cosa sigue igual, con la fritanga como menú principal, pero la verdad es que a comer ahora vamos de uvas a peras y como ya saben lo que hay, yo como lo que quiero, y lo que no quiero lo dejo, y nadie me dice nada. Lo que te quiero decir es que, con confianza, le comentes a tu chico cómo te hacen sentir esos comentarios cada vez que vais a comer. Y a ver si pudiera darles un toque a su familia para que se frenen un poco.

Pues como los mios. Sabes que hago yo? Lo me da la gana y me paso lo que me dicen por la peineta. Voy lo minimo a comer a su casa y paso de lo que dicen. Si ellos quieren matarse es problema suyo.